30/04/2024
06:21 AM

No todas las divisas emergentes son iguales

Los gestores de fondos recomiendan invertir en el peso mexicano, pero tener cuidado con el peso chileno, entre otras.

Nueva York, Estados Unidos.

Inversionistas y analistas aún pi­den cautela a la hora de invertir en las monedas de los mercados emer­gentes, pese a los avances que mu­chas de ellas han registrado en los últimos meses.

Las divisas emergentes fueron impactadas por una venta genera­lizada a principios de año, en medio de las tensiones políticas en Turquía y Ucrania, que tuvieron como con­secuencia precios muy bajos que atrajeron a algunos inversionistas e impulsaron monedas como la lira turca. No obstante, la clase de ac­tivos en general sigue necesitando vigilancia debido a sus marcadas oscilaciones.

“En los mercados emergentes ya no estamos en un mundo donde sim­plemente seguimos al mercado de forma pasiva”, afirma Robert Abad, quien ayuda a supervisar US$53.000 millones en activos de mercados emergentes de Western Asset Ma­nagement, de Legg Mason.

Un favorito claro es el peso mexi­cano, que en los últimos tres meses acumula un alza de alrededor de 2,2% contra el dólar.

Durante los últimos doce meses, México aprobó reformas importan­tes en sus sectores de telecomunica­ciones y energía en un intento por impulsar la inversión extranjera.

Además, la persistente recuperación económica de Estados Unidos —el mayor socio comercial de México— sienta las bases para un crecimiento más sólido en la segunda economía de América Latina, señalan los ana­listas. “Mientras el impulso econó­mico de EE.UU. siga siendo positi­vo (...) eso es positivo para México”, dice Abad, cuya firma posee pesos mexicanos.

No obstante, algunas de las mo­nedas de mejor desempeño desde que amainó la ola de ventas genera­lizadas de fines de enero son las que poseen los fundamentos más débi­les, según analistas. Inversionistas como Abad recomiendan optar sólo por lo que consideran las apuestas más confiables, como el peso mexi­cano, el won surcoreano y el zloty polaco. La lista de monedas que no recomiendan es más larga y es enca­bezada a menudo por la lira turca y el rublo ruso.

Eso se debe a que numerosas mo­nedas de mercados emergentes si­guen siendo presa de la incertidum­bre política, conforme protestas y tensiones geopolíticas han surgido en lugares como Turquía, Ucrania y Tailandia. Mientras tanto, los défi­cits de cuenta corriente de algunos países se abultan, lo que significa que importan más de lo que expor­tan.

La desaceleración de la econo­mía china no ayuda, ya que se ha tra­ducido en una menor demanda por las materias primas que producen muchos países en desarrollo.

El won y el zloty también están posicionados para beneficiarse de un mayor crecimiento en las econo­mías desarrolladas, según los inver­sionistas. EE.UU. y la zona euro, que registran señales de una mejora eco­nómica gradual, son destinos clave para las exportaciones surcorea­nas de manufacturas y tecnología. Eso debería sustentar el superávit de cuenta corriente de la economía asiática, una de sus mayores virtu­des.

Se prevé que la economía po­laca reciba un impulso de cualquier repunte en Europa Occidental, que debería apuntalar la demanda de su moneda y activos relacionados, sos­tienen inversionistas.

“Seguimos creyendo en la tesis subyacente de que los mercados desarrollados ayudarán a ciertos mercados emergentes”, dice Imran Ahmad, un gestor de portafolio del equipo de divisas de J.P. Morgan As­set Management, que administra unos US$1,6 billones (millones de millones). Su equipo prefiere apos­tar al won coreano contra el yen ja­ponés, y los zlotys y pesos mexica­nos son parte de su cartera.

También podrían registrar avan­ces monedas de mercados en desa­rrollo que arrojan más retornos, como el real, la rupia de Indonesia y la rupia de India.

Las tasas de interés bajas en una economía estadounidense que crece en forma moderada y en la zona euro podrían ayudar a atraer a los inver­sionistas hacia esas monedas con mayores retornos, dice Win Thin, director global de estrategia de divi­sas emergentes en Brown Brothers Harriman.

Los analistas advierten que los inversionistas deben con­servar una distancia segura con mo­nedas como la lira turca, el rublo y el peso chileno, entre otras. En el caso de Chile —el mayor productor de cobre— una menor expansión y la demanda global decreciente de commodities brindan una perspec­tiva sombría para la moneda.