Los expertos coinciden en que un trabajador capacitado es una inversión que produce retorno, razón por la cual una industria tan importante como la maquila invierte unos 20 millones de lempiras al año capacitando a su personal.
En el ambiente competitivo de hoy, cuando los países mantienen una dura lucha por atraer capitales de inversión hacia sus economías, si bien las consideraciones de costo de mano de obra son un factor importante, la productividad y habilidades del trabajador para responder a las necesidades de la empresa son también aspectos a tener en cuenta.
La industria maquiladora, en un esfuerzo por mantener su nivel de competitividad, ha creado el programa Procinco, el que constituye el principal instrumento para brindar a los trabajadores de al industria un medio para desarrollar habilidades técnicas como humanas.
Carlos Turcios, coordinador de Procinco, destaca que este programa contribuye a dar una ventaja competitiva a los trabajadores catrachos. “Honduras tiene una fuerza laboral que aprende rápido y se adhiere a los procedimientos”, dice.
El coordinador establece un contraste con países como Nicaragua, en los que si bien la mano de obra es más barata, ello se debe a que en su mayor parte la masa de trabajadores carece de las competencias necesarias para desarrollar eficientemente el trabajo. “En Nicaragua la gente aparece en masa buscando trabajo, pero tiene ciertas debilidades laborales y se lo toman con más calma. El hondureño es más productivo en ese sentido”, asegura Turcios.
De esa forma, de acuerdo con las cifras que maneja la institución, Procinco ha capacitado desde su creación, en 2001, a unas 330,000 personas en diferentes áreas.
Todo este esfuerzo e inversión es comprensible si se toma en cuenta que en esa industria el promedio de escolaridad es de nivel primario.
Impacto
El impacto de las capacitaciones ha tenido un fuerte impacto tanto en la persona que la recibe, como en las empresas.
“Además de que se educan, (los empleados) descubren y desarrollan habilidades que tal vez ni siquiera sabían que tenían”, comenta Eva Ventura, jefe de Recursos Humanos de una empresa maquiladora ubicada en Choloma. Ventura señala que al estar mejor capacitados, los trabajadores pueden optar hacia puestos de trabajo que requieren mayor habilidad y responsabilidad, por lo que obtienen mejores ingresos. Por otra parte, las empresas ganan al tener empleados que resultan más productivos.
Perspectivas
Oswaldo Quiroz, presidente del Impact Group, una firma capacitadora que ofrece sus servicios en San Pedro Sula, lamenta que los programas de capacitación no tengan la misma importancia entre otras industrias, en especial en aquellas que no se encuentran en el sector manufacturero.
“Las empresas necesitan entender la necesidad de la capacitación, ya que esta maximiza sus reultados y desarrolla el potencial”, dice Quiroz.
El ejecutivo resalta el valor del entrenamiento como una inversión que produce un retorno, ya que un trabajador capaz es un trabajador motivado que responde mejor a los retos y las necesidades de la empresa.
“En el mundo competitivo de hoy, capacitar se convierte en una obligación”, sentencia Quiroz.
Áreas de desarrollo de competencias
El programa de capacitación de la industria maquiladora, denominado Procinco, comprende cuatro áreas principales: productividad y mejora continua, seguridad y mejora continua, área administrativa y humanística y legislación y cumplimiento social.
De acuerdo con Carlos Turcios, coordinador de Procinco, el área en la que más personas reciben capacitación es en la administrativa, debido entre otras cosas, a que inculca valores como las relaciones humanas y el trabajo en equipo, dos factores preponderantes en la actividad industrial.
“Tiene que ver con conductas, comportamientos, y por eso es esencial mantener un vínculo de trabajo entre los que dirigen y los dirigidos”, dice Turcios.
Por otro lado, el área legal capacita en las relaciones entre la empresa y los trabajadores e incluye la responsabilidad social empresarial.