Durante su reunión de política monetaria de esta semana, la Reserva Federal de Estados Unidos tiene que tomar una delicada decisión en un momento en que cifras económicas más robustas y un acuerdo fiscal en Washington han avivado el debate sobre si es hora de que el banco central reduzca su programa de compra de bonos.
El presidente de la Fed, Ben Bernanke, diseñó en junio una prueba de tres partes, basada en empleo, crecimiento e inflación, para recortar las compras de bonos que ahora ascienden a los US$85.000 millones al mes. Dijo que el comité de políticas de la entidad desea ver avances en el empleo, respaldados por un mayor dinamismo económico y una tasa de inflación que suba hacia su meta de 2% al año.
“Si los datos siguientes son ampliamente consistentes con esta predicción, el comité actualmente anticipa que sería apropiado moderar el ritmo mensual de compras más adelante este año”, dijo Bernanke en una conferencia de prensa.
Las cifras más recientes muestran progresos en los primeros dos criterios, pero no en el tercero. El debate al interior de la Fed girará probablemente en torno a si los avances son lo suficientemente sólidos como para su superar el test de Bernanke.
Donald Kohn, ex vicepresidente de la Fed, indicó el viernes que esperaría hasta el próximo año antes de reducir las compras de bonos. Sin embargo, cree que las probabilidades de que el banco central decida iniciar los recortes el miércoles son superiores a 50%. “Yo esperaría. Pero es una decisión muy difícil”, aseveró.
La mejora en las cifras de empleo parece satisfacer el primer requisito de Bernanke. Las empresas sumaron 203.000 plazas laborales en noviembre, lo cual significa que la economía estadounidense creó un promedio de 195.000 empleos mensuales durante los últimos 12 meses. La cifra supera con creces el promedio de cerca de 150.000 empleos mensuales creados en el año terminado en septiembre de 2012, cuando se lanzó el programa de compra de bonos.
Mientras tanto, la tasa de desempleo cayó de 7,8% en septiembre de 2012 a 7% en noviembre. Las cifras son mucho mejores que el cálculo de la Fed en septiembre de 2012, cuando proyectó que la tasa de desocupación se ubicaría entre 7,6% y 7,9% a finales de este año. Esto podría considerarse como una mejora significativa del mercado laboral desde el inicio del programa.
Las perspectivas de crecimiento económico también parecen haber mejorado. Las sólidas ventas minoristas de noviembre mostraron que los consumidores estadounidenses se están llevando la mano al bolsillo.
Además, el acuerdo sobre el presupuesto de la nación que sería aprobado por el Senado estadounidense esta semana reduciría la incertidumbre y las limitaciones al gasto federal que representaron un lastre para la economía durante el último año. El acuerdo elimina el peligro de otro cierre del gobierno en enero y permite alzas del gasto fiscal en 2014 y 2015.
A la mejoría en los pronósticos, no obstante, hay que añadir un par de advertencias. La tasa de desempleo ha caído en parte debido a que muchas personas han dejado la fuerza laboral, lo que significa que no se contabilizan más como desempleados.
El Producto Interno Bruto se expandió a una tasa anualizada de 3,6% en el tercer trimestre, pero el aumento se atribuyó principalmente a la acumulación de inventario.
Un argumento en contra de que la Fed empiece esta semana a disminuir su programa de compra de bonos es que la inflación no se está moviendo hacia la meta del banco central y parece estar yendo en la dirección contraria. La medida favorita de la Fed para medir los precios al consumidor, el índice de precios de gastos de consumo personal del Departamento del Comercio, cayó a una tasa anualizada de 0,7% en octubre, menos de la mitad de la meta de 2%.
Puesto que la prueba de Bernanke no arroja resultados claros, el comité de políticas de la Fed podría tomar en cuenta otros factores.
La Fed tiene otra condición para continuar con el programa de compra de bonos, el cual apunta a mantener bajas las tasas de interés a largo plazo para estimular el crecimiento y el empleo: Los funcionarios dicen que se detendrán si los costos del programa superan los beneficios.
El organismo teme que los costos, como el riesgo de una burbuja financiera u otras interrupciones del mercado, aumenten a medida que acumula más bonos. También cree que los beneficios se desvanecen con el tiempo.
La Fed no ha explicado cómo sabrá si los costos exceden los beneficios. Pero ese momento aún no ha llegado dijo el mes pasado la vicepresidenta de la Fed, Janet Yellen, durante una audiencia en el Senado. Se cree que los legisladores la confirmen esta semana como la sucesora de Bernanke.
Debido a esta relación costo-beneficio, el banco central parece más inclinado a empezar a dejar de lado las compras de bonos como una herramienta para influenciar las tasas a largo plazo y depender más de comunicar claramente sus planes para las tasas a corto plazo.
La Fed ha insistido en que no elevará las tasas a corto plazo hasta que el desempleo en EE.UU. caiga a al menos 6,5%, siempre y cuando la inflación esté contenida.
La economía de EE.UU. debe superar el test de BernankeCrecimiento del PIB, cambiotrimestral anualizado. Cambio respecto al año anterior3012% 132012En general8,56,06,57,07,58,0% 13201240123% 132012Señales contradictorias.
El mercado laboral y el crecimiento económico están mejorando, pero una inflación a la baja va en la dirección opuesta al criterio del presidente de la Fed, Ben Bernanke, para poner fin al programa de compra de bonos.Tasa de desempleoÍndice de precios de gastos personales Fuente: Departamento de Trabajo de EE.UU. (tasa de desempleo); Departamento de Comercio de EE.UU. (consumo y PIB) The Wall Street Journal Excluyendo comida y energía.