El comienzo del invierno ha significado un alivio para el sistema eléctrico nacional y, por ende, los reclamos de racionamientos energéticos en varias zonas de Honduras se han reducido en las últimas dos semanas.
Un informe del Centro Nacional de Despacho (CND-ENEE) revela que la demanda máxima diurna ha bajado de 1,949.7 a 1,617.1 megavatios, equivalente a 332.6 megas menos. Además, la demanda máxima nocturna se ha reducido de 1,817.5 a 1,597.8 megavatios, lo que significa una caída de 219.7 megas.
La principal causa de este menor consumo de energía es la reducción de temperatura, ya que la ola de calor experimentada el mes anterior disparó la demanda eléctrica.
Salomón Ordóñez, asesor en materia energética del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), considera que la llegada de las lluvias ha venido a paliar la crisis eléctrica registrada en los últimos meses. Agrega que las lluvias también impactan en la generación de energía por la recuperación de los embalses de las represas.
Un ejemplo de lo anterior es Patuca III (282.86 metros sobre el nivel del mar), la cual paralizó la producción de energía por falta de agua y que al pasado 15 de junio registró un volumen del 18.55%, así como una producción de 40 megavatios, de los 140 megas de capacidad instalada.
Otro impacto de las lluvias es en el indicador de desconexiones y carga no suplida, las cuales se redujeron de 853.32 a 130.82 megavatios, y de acuerdo con lo explicado por técnicos del CND, esas cifras evidencian la mejoría en la calidad del servicio.
Agregaron que las interrupciones que se están registrando son por mantenimientos o fallas en las redes de transmisión y distribución, y no por desconexiones de seguridad y desempeño del servicio. En 2023, la demanda máxima de energía ocurrió el 11 de octubre al alcanzar 1,820 megavatios.