La persistente agitación en los mercados financieros japoneses está generando un debate acerca de la eficacia de la “Abeconomía”, como se conoce el amplio paquete de medidas para estimular el crecimiento del primer ministro Shinzo Abe que en los últimos meses había provocado un ola de optimismo.
Después de que tres semanas de violentas fluctuaciones en los mercados de acciones y de divisas borraran buena parte de las ganancias atribuidas al programa, los economistas y los inversionistas están inmersos en un acalorado debate sobre si el osado intento de Abe de sanar la alicaída economía japonesa está surtiendo efecto.
Los promotores de la Abeconomía indican que las políticas comienzan a mostrar los efectos deseados, como lo demuestran algunos indicadores.
El vocero de Abe, Yoshihide Suga, manifestó el jueves que la economía real está “mejorando” y que los “precios de las acciones, incluso en los niveles actuales, acumulan un alza de 40% frente al comienzo del gobierno de Abe”.
Los críticos apuntan que el optimismo infundado generado por las medidas monetarias y fiscales se ha desvanecido desde que Abe develó su nueva estrategia de crecimiento, considerada por muchos como la pieza más importante del paquete.
Agregan que la estrategia no produjo los planes audaces que se necesitan para transformar la economía de manera fundamental. “Había enormes expectativas,” expresó Kazumasa Ogura, economista de la Universidad de Hosei en Tokio. “Pero la gente no demoró mucho en percatarse de que la realidad no es tan sencilla”.
Otros no están tan convencidos. “La Abeconomía está funcionando y lo seguirá haciendo”, dijo Grant Lewis, jefe de estudios de Daiwa Capital Markets Europe Ltd., en Londres. “Unos cuantos días o semanas de turbulencias en los mercados no justifican la creencia de que la Abeconomía está condenada al fracaso”.
Una de las señales más prometedoras para la economía es el sólido crecimiento del primer trimestre, señala Lewis. El Producto Interno Bruto de Japón creció 4,1% interanual entre enero y marzo, superando los resultados de otros integrantes del Grupo de los Siete. Lewis también mencionó la mayor confianza de los consumidores y las empresas y el fortalecimiento del mercado laboral.
Akira Amari, el ministro de Economía de Japón, lo expresó en términos más simples al observar que “casi todos los indicadores económicos apuntan hacia arriba”.
Otros creen que es aún muy prematuro emitir un juicio.
Las recientes caídas en los mercados, afirman, están más relacionadas a las señales de una posible reducción de las políticas de crédito fácil en EE.UU. y tienen poco que ver con la Abeconomía o las condiciones imperantes en Japón.
“Es descabellado tratar de explicar el declive de la bolsa de valores en términos de una decepción ante la estrategia de crecimiento de Abe”, puntualizó Koichi Fujishiro, economista del Instituto de Investigación de Vida Dai-Ichi, una firma japonesa que se especializa en el sector de seguros. “Todo esto está ocurriendo en el contexto de una debilidad del mercado global”.
El debate sobre la Abeconomía se acaloró el jueves, luego de que la Bolsa de Tokio y el yen llegaran a sus niveles previos a la última ronda de relajación monetaria del Banco de Japón.
El Promedio Bursátil Nikkei se desplomó 6,4% a 12.445,38, una corrección de 20% desde su reciente máximo del 23 de mayo. La bolsa se recuperó 1,9% el viernes y acumula un alza de 19% en lo que va del año, aunque ha caído 19% desde su máximo de mediados de mayo.
El gobierno de Abe le ha restado importancia a los úñtimos declives en los mercados y ha recalcado que el único punto válido de comparación son los niveles que imperaban antes de Abe. “Los precios de las acciones estaban en 8.000 antes de la elección y el cambio de guardia”, dijo Taro Aso, el ministro de Finanzas. “Cuando [el Nikkei] llegó a los 15.000 la gente pensó que los precios iban a seguir subiendo y, como resultado, acabaron perdiendo mucho dinero. Pero eso tiene que ver con su ánimo como inversionistas y no es algo de lo que nosotros seamos responsables”, añadió.
El gobierno lanzó el viernes su plan de crecimiento a 10 años. “No hay ningún motivo para pensar que el crecimiento que Japón alcanzó en los años 70 y 80 no sea alcanzable ahora”, dijo Abe en un video publicado en el sitio web de su oficina de primer ministro.