04/12/2025
07:15 AM

El cáncer del líder de J.P. Morgan revive el debate sobre la sucesión

En esta década, Dimon ha lle­vado el timón de J.P. Morgan a tra­vés de la crisis financiera e hipo­tecaria de 2008.

Nueva York, Estados Unidos.

Una década atrás, con la com­pra de Bank One, J.P. Morgan Chase & Co. se sumó a la ola de consolidación de la gran banca estadounidense. Hasta entonces presidente ejecutivo de la enti­dad adquirida, 18 meses después James Dimon pasó a ocupar ese mismo cargo en J.P. Morgan. Y en 2006 pasó a acumular tam­bién el puesto de presidente del directorio.

Dimon, hoy de 58 años, es hoy el presidente ejecutivo que más tiempo lleva en su cargo entre sus colegas. En varias categorías, J.P. Morgan es hoy el doble de lo que era al adquirir Bank One: activos, ingresos, sucursales, con un 50% más de empleados y presencia en 23 estados.

En esta década, Dimon ha lle­vado el timón de J.P. Morgan a tra­vés de la crisis financiera e hipo­tecaria de 2008, episodios como las pérdidas de US$6.000 millo­nes a manos de un corredor au­daz o el desembolso de un total de US$20.000 millones para cerrar distintas demandas por la partici­pación del banco en el negocio de títulos basados en hipotecas.

El anuncio de que ahora Dimon se someterá a un tratamiento de ocho semanas por un cáncer de garganta concentra la atención en el tema de la sucesión en el mayor banco estadounidense por activos. Desde que asumió el liderazgo del banco, han surgido varios candidatos para sucederlo, pero algunos de ellos ya abando­naron la entidad. Nadie asumirá su cargo durante su tratamiento, indicó él mismo en una comuni­cación enviada el martes a los empleados en la cual calificó su prognosis de excelente.

De todos modos, además de interrogantes sobre su sucesión, sus inesperados problemas de sa­lud también alimentan preguntas sobre qué pasaría si el tratamien­to obligara a Dimon a alejarse de sus funciones durante más tiem­po del previsto. Las acciones de J.P. Morgan cayeron 1,04% el miércoles por la tarde para que­dar en US$56,97 la unidad.

“Es una figura icónica y será un tema delicado”, observó Nan­cy Bush, analista de NAB Research LLC. A la empresa le interesará co­municar que sigue a cargo, “pero también le tiene que dar tiempo para sanar”, manifestó.
La junta directiva del banco cuenta con planes de sucesión desde mucho antes que se anun­ciara su cáncer de garganta, indi­có la empresa.

Gordon Smith, quien está a cargo de las operaciones de ban­ca minorista, y Mary Callahan Erdoes, quien dirige la filial de gestión de activos, son dos de los principales candidatos a asumir tareas de mayor magnitud en caso de que sea necesario, dijo una fuente cercana a los planes de J.P. Morgan.

Algunos expertos han mani­festado que ambos candidatos sólo tienen experiencia en sus respectivos sectores y es pro­bable que no sean considerados como sucesores permanentes de Dimon, a menos que adquieran experiencia en otras áreas del banco.

Las divisiones de administra­ción de activos y de banca comu­nitaria y minorista fueron las que registraron los retornos más altos sobre la inversión, 23% en ambos casos, según la carta más reciente que Dimon envió a los accionistas. La cifra se compara con el retor­no de 11% logrado por el banco en general y el 15% de la filial de ban­ca de empresas y de inversión y el 19% de la banca comercial en 2013, según la carta.

Smith, de 55 años, llegó al ban­co en 2007 proveniente de Ameri­can Express Corp. Se destacó por modificar la estrategia de tarjetas de crédito de Chase para captar a clientes más acaudalados, uti­lizando la estrategia que había aprendido en AmEx. La ganan­cia neta de la división aumentó de US$10.600 millones en 2012 a US$10.700 millones en 2013, pese a que los ingresos cayeron 8% para llegar a los US$46.000 millones. Erdoes, de 46 años, ha llamado la atención por el des­empeño del negocio de gestión de activos, que en 2013 aportó US$11.300 millones en ingresos y US$2.000 millones en ganancia neta, alzas de 14% y 19%, respecti­vamente, frente a 2012.

Dimon ha dejado en claro en los últimos meses que tiene la in­tención de permanecer en la em­presa durante varios años.

Entre los candidatos a susti­tuirlo a largo plazo figuran el di­rector general de operaciones, Matt Zames; el director de banca comercial, Doug Petno; el respon­sable de banca de empresas y de inversión, Daniel Pinto; la directo­ra de finanzas, Marianne Lake; y la responsable de control de riesgo Ashley Bacon, indicaron fuentes cercanas a la situación.

La divulgación de la enferme­dad de Dimon también revivió el debate sobre el gobierno corpo­rativo de J.P. Morgan. Dimon ha detentado los cargos de presi­dente ejecutivo y presidente de la junta directiva desde 2006. Luego de que el banco registra­ra en 2012 una pérdida ligada a sus operaciones de corretaje de valores de US$6.000 millones, algunos accionistas se mostra­ron partidarios de dividir los pa­peles y propusieron una medida para hacerlo, la que fue rechazada en forma abrumadora en la asam­blea de accionistas de 2013.

Los problemas de salud de Dimon también reabren los in­terrogantes sobre si un banco de la envergadura de J.P. Morgan debe colocar tanta autoridad en los hombros de una persona. “Si tomamos en cuenta la crisis fi­nanciera y las mejores prácticas de gobierno corporativo, no deja de ser notable que un banco del tamaño y la importancia sisté­mica de J.P. Morgan tenga a una persona como presidente ejecu­tivo y del directorio”, escribió el miércoles en una nota a sus clien­tes Janet Tavakoli, presidenta de Tavakoli Structured Finance Inc. “Las recientes noticias acerca de Jamie Dimon resaltan el riesgo de ese disparate”.

Dimon planea trabajar du­rante su tratamiento y tomar vacaciones en agosto, como de costumbre mientras se somete a quimioterapia.