China está experimentando rápidas alzas en los sueldos y signos de recuperación en el empleo a pesar de la desaceleración económica, señales que tranquilizan a los líderes que buscan poner más dinero en los bolsillos de los chinos. Aun así, se trata de una tendencia que podría ser difícil de sostener conforme los países vecinos amenazan con disputarle su dominio fabril.
Los sueldos en el sector privado del país ascendieron 14% en 2012, según datos recientes, en general una buena noticia para los intentos de Beijing de conseguir que el consumo interno sea un factor más importante del crecimiento. Pero los mayores costos laborales también dañan las ganancias de las empresas y la competitividad de sus exportaciones, lo que podría plantear sus propios riesgos al repunte económico.
Países como Bangladesh, Camboya y Vietnam han expandido sus sectores textiles conforme los minoristas globales buscan alternativas a China.
Crystal Group, un fabricante de ropa para Marks & Spencer, Abercrombie & Fitch y Gap, señala que ha más que triplicado su personal en Vietnam en los últimos tres años, pero que ha incrementado poco su fuerza laboral de China. “Para nosotros, es una simple cuestión de precios”, afirmó Andrew Lo, presidente ejecutivo de la empresa con sede en Hong Kong, conforme se vuelve más costoso producir camisetas y jeans básicos en China.
Una reciente seguidilla de accidentes, como el colapso de un edificio de fábricas en Bangladesh que acabó con la vida de más de 1.100 personas, ha puesto en la mira esta tendencia a la búsqueda de destinos de producción más baratos a medida que los costos ascienden en China.
Algunos expertos dicen que las preocupaciones de que China esté perdiendo su ventaja en la manufactura por los precios más altos pueden ser exageradas. Su cadena de suministro, la fuerte infraestructura y el acceso al mercado interno son razones convincentes para mantener la presencia. En general, la mayoría de los fabricantes que opera en China siguen siendo rentables aunque sus márgenes se vean exprimidos, anota Nigel Knight, director de consultoría de Ernst & Young en China.
“No veo una retirada enorme”, asegura Knight. “Las razones estratégicas subyacentes para seguir produciendo en China siguen siendo muy potentes”.
Mientras tanto, la creación de empleos y los aumentos de sueldos son una prioridad clave para los líderes de China. En el pasado, un crecimiento muy veloz era considerado esencial para crear suficientes oportunidades de empleo para una fuerza laboral en expansión.
El continuo fortalecimiento del mercado laboral sugiere que China ahora puede crear suficientes empleos para apuntalar la estabilidad social con un ritmo de crecimiento económico significativamente más lento. “La solidez del mercado laboral significa que hay menos necesidad de medidas de estímulo a corto plazo”, subrayó Luis Kuijs, economista de RBS China.
Los grandes aumentos en los salarios también ayudan a reequilibrar la economía de China: un objetivo clave para el nuevo liderazgo. Dado que el crecimiento en los salarios supera el del resto de la economía, los hogares se están llevando una mayor tajada. El gobierno espera que esto desencadene mayores niveles de consumo, lo que ayudaría a purgar la economía de su adicción a las exportaciones y la inversión como motores de progreso.
Los costos en alza de la manufactura en China fueron un motivo por el que la firma de private equity Grumman Hill Group LLC decidió poner al fabricante de zapatos Aerosoles a la venta este año, indicó una persona al tanto. La empresa de Nueva Jersey fabrica prácticamente todos sus productos en China, pero la inflación en los sueldos allí está presionando sus márgenes, explicó esta fuente.
Los sueldos en el sector fabril de China han ascendido 71% desde 2008, según la Oficina Nacional de Estadísticas. Las mejoras en la productividad laboral, que según el Banco Mundial está creciendo a alrededor de 8,3% al año, compensaron parte aunque no todo el alza en los salarios.
Con el encarecimiento de la mano de obra, las ganancias industriales se contrajeron en buena parte de 2012. El crecimiento de las exportaciones disminuyó a 7,9% frente al 20,3% de 2011, conforme las firmas chinas perdieron ante Vietnam y otros rivales de bajos costos. Eso sugiere que los líderes chinos afrontan un dilema entre mantener el alza de los salarios para apuntalar los ingresos de los chinos, y controlar los costos para las empresas que crean muchos de los empleos.