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Mejorando la relación con nuestras partes interesadas

  • 20 agosto 2019 /

La RSE se transforma en valores, normas y una ventaja estratégica para la organización y una fuente importante de beneficios competitivos

San Pedro Sula, Honduras.

El impacto general de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en las empresas es increíble: promueve las ganancias, capacita a los colaboradores, ayuda a la estabilidad financiera, aumenta la inversión y disminuye los gastos innecesarios.

Implementar la RSE requiere un cambio organizacional, es decir, una construcción multidimensional: de estrategias, procesos, productos, estructura, información, y, sobre todo, de su cultura corporativa.

Las organizaciones que han decidido adoptar la RSE como parte de su plataforma de negocios, tienen un tesoro, que a veces pasamos por alto, porque no se ve, ese tesoro son los valores intangibles.

A través de estos valores intangibles, nos damos cuenta de la importancia de mantener una conexión positiva entre la organización y las partes interesadas.

Las partes interesadas externas se interesan por las organizaciones de acuerdo con la reputación, para realizar inversiones, compras o usar los servicios que brindan, o incluso solicitar empleo.

Por otro lado, las partes interesadas internas, frecuentemente colaboradores, se sienten más satisfechos y convencidos de trabajar en una organización con alta moral, por lo que se compromete y ayuda a resolver problemas de interés público.

En este intento de lograr y gestionar esa reputación positiva, las organizaciones requieren políticas de comunicación corporativa, que sean funcionales.

Un aspecto crítico de la comunicación es la que trata sobre las prácticas que están alineadas con el concepto de RSE implementado por la organización.

El objetivo de esta comunicación debe promover diálogos y debates con las partes interesadas para construir y reconstruir la identidad.

Esto necesita un contexto de diálogo continuo y conversaciones constructivas que mantengan una relación fructífera. A través de sus actividades socialmente responsables, se mantienen relaciones positivas con grupos críticos de partes interesadas.

Las organizaciones a través de la RSE se convierten en participantes activos en el desarrollo social de las comunidades, y es que un elemento esencial de las estrategias corporativas de las empresas socialmente responsables es respetar los intereses de sus partes interesadas: accionistas, empleados, clientes, proveedores, comunidad local, instituciones gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, etc.

A medida que pasa el tiempo, la RSE se transforma en valores, normas y una ventaja estratégica para la organización y una fuente importante de beneficios competitivos, que logran encajar muy bien con los tres grupos de partes interesadas que menciona Cornelissen: el grupo de patrimonio neto representado por el grupo de propietarios de la organización.

El mercado que tienen relaciones financieras con la organización, pero no son dueños, son colaboradores y clientes. Y por último, los influenciadores, llámese a las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y grupos de presión.

Definitivamente si la organización desea ser flexible y abierto a las partes interesadas deben estar interconectados con el diseño de una política de comunicación competente, planificada e implementada porque al final todos como organizaciones deseamos algo: sensibilizar a nuestras partes interesadas con nuestras acciones de RSE.

Yosseline Gálvez es la Oficial de Comunicaciones de Fundahrse.