Como un tema sagrado describió al empoderamiento de las niñas y mujeres que viven en el área rural la experta en transformación empresarial y asesora política Ofelia Santiago.
La asesora considera que aquel gobierno que olvide a su primario, estará abandonando a uno de sus sectores más críticos y estratégicos, aquel que le permitirá garantizar la alimentación y subsistencia de su pueblo.
Santiago señaló que lamentablemente, en Honduras, al igual que otros países vecinos, hay muchas niñas y mujeres que viven en el campo, relegadas a labores domésticas y sin acceso a educación de calidad, ignorando el gran potencial que tienen para ser agentes de cambio en sus comunidades.

Consultada sobre qué hacer para que estas puedan convertirse en líderes, la experta respondió que algunas estrategias a corto plazo que están funcionando en otros países son los programas de mentorías.
Es decir, buscar a mujeres que están haciendo la diferencia en el campo, dirigiendo pequeñas granjas, cultivando la tierra o creando cooperativas agrícolas, para que puedan compartir sus experiencias y generar un efecto multiplicador.
“Cuando ven a otras mujeres exitosas haciéndolo, aprenden que son capaces de convertir una granja pequeña en una importante empresa que alimenta a un país”, expresó.
Apoyo. SERNA y PNUD, con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, están brindando asistencia técnica, económica y acompañamiento a mujeres productoras en el área rural.
No obstante, destacó que las mentorías deben ir acompañadas de un programa estatal que brinde una educación completa y de calidad.
También dijo que es primordial formar a las mujeres en otras habilidades, como el liderazgo, el emprendimiento y la administración de sus finanzas.
Además de crear sistemas efectivos de financiamiento, como los microcréditos, para que puedan llevar a cabo sus proyectos y sean económicamente independientes, trayendo prosperidad no solo para ellas y sus familias, sino para toda la comunidad a través de la generación de empleos.
Santiago expresó que “debemos incentivar al Gobierno para que proporcione más apoyo a las mujeres en el campo”, así como lo están haciendo la Unesco y el BID.
Agregó que las autoridades deben buscar estrategias para formarlas y ayudarlas a emprender sus sueños, porque solo generando mejores oportunidades en el campo, se podrá asegurar el relevo generacional en la agricultura, que está a punto desaparecer debido los altos índices de migración.
Por su parte, Aracely Martínez, quien lidera a un grupo de mujeres lencas, que producen café y miel en el municipio de Erandique, Lempira, considera que empoderar a las mujeres rurales es primordial para alcanzar la sostenibilidad.
Martínez contó que hace unos ocho años, un pequeño grupo de mujeres del que era parte, vendía su café a una exportadora, pero no recibían un precio justo, debido a que desconocían la calidad del aromático que producían.
Hasta que un día, con el apoyo de una ONG, decidió llevar una muestra a catación, donde conoció que su café era de alta calidad, por lo que animó a sus compañeras a organizarse, y fue así como nació la asociación “Tierra Lenca”. Con el paso del tiempo fueron animando a los esposos de otras mujeres para que les permitieran cultivar café en pequeñas parcelas de sus tierras, hasta que el grupo creció a 32 socios.
Ahora, con apoyo de Heifer y el PNUD, producen 12,000 quintales al año, implementan procesos orgánicos para cuidar el suelo, generan empleos y venden su café a compradores de Taiwán, Rusia y el Reino Unido. También ofrecen servicios de tostado, trillado, molido y envasado a otros productores.
Martínez contó que sobresalir en un rubro dominado por hombres no fue fácil, por lo que ahora, comparten su experiencia y conocimientos con otras mujeres, motivándolas para que emprendan en el sector agrícola.