Washington, Estados Unidos.
No hace mucho, un gerente me pidió que nombrara el beneficio más importante para los empleados en su vida laboral. Respondí que el beneficio más esencial no es un beneficio.
Por supuesto, el cuidado de los niños, los horarios flexibles y las políticas de licencias por motivos familiares son importantes, pero lo mejor que pueden hacer los gerentes para apoyar a los padres que trabajan (y a todos los empleados) es mejorar en una de sus funciones más básicas: las evaluaciones de desempeño.
Esto significa hacer el trabajo duro de realmente evaluar el desempeño, no el tiempo que pasan los empleados sentados en una silla o atendiendo cara a cara.
Cuando los gerentes hacen esto, liberan a los empleados para que acomoden su vida laboral de tal forma que puedan ser lo más eficaces.
Sorpresa, sorpresa: Cuando nos enfocamos en medir el tiempo cara a cara, obtenemos… tiempo cara a cara. Cuando nos enfocamos en el desempeño, obtenemos mejor desempeño.
Reenfocar de esta forma los esfuerzos de evaluación no requiere una reforma completa al sistema de manejo de desempeño de la compañía. Requiere acciones relativamente chicas que muchos gerentes pueden hacer ellos mismos.
Definir el desempeño en términos de satisfacción del cliente, actividades centrales o terminación de proyectos.
Realizar sesiones regulares para fijar metas y compartir retroalimentación con los empleados y hacer que el alcance de las metas sea el eje de la evaluación de desempeño.
Entender qué aspectos del trabajo de los empleados se prestan a trabajo flexible y cuáles tienen que realizarse en horarios fijos de oficina.
Permitir más flexibilidad en cómo, cuándo y dónde se hace el trabajo, garantizando al mismo tiempo que se dedique suficiente tiempo de oficina a promover la comunicación, colaboración e innovación.
Permitir gradualmente más libertad y flexibilidad a los empleados con buen desempeño.
Reconocer que podemos conservar y elevar los estándares de desempeño en ambientes profesionales incluso cuando dejamos a un lado exactamente cómo se hace el trabajo.
Un brazalete de acondicionamiento físico puede rastrear cuánto tiempo permanece sentado en la silla de su escritorio. Se requiere de un líder para entender realmente cómo se hace el trabajo y quién lo hace.
