Es parte de nuestra identidad y no se puede quedar fuera cuando se trata de invadir tierras extranjeras.
La punta se convirtió en el baile de moda ayer en Canadá, con los catrachos que dieron una pruebita de este autóctono baile de los garífunas hondureños.
Una vez más la hinchada catracha le dio muestras de cariño a la Bicolor, que por ratos convirtió el estadio Saputo en una sucursal de Honduras.
El blanco y el azul, combinados con las cinco estrellas de la bandera de Honduras, sobresalieron en el juego en que también hubo catrachos por doquier.
Una vez más el mundo, y en este caso Canadá, pudo disfrutar de la simpatía y del ambiente que se puede lograr al puro estilo hondureño.