En un lugar de valles y sombras, tal como suele suceder con la mayoría de jugadores, se crio un niño con la pelota pegada en sus pies cuya ilusión siempre fue jugar en primera división.
A sus 18 años, Odín Jafeth Ramos ya cumplió uno de sus grandes sueños: debutar profesionalmente, y lo hizo hace meses con la camiseta de Marathón, con el que ahora busca conquistar el título, algo que ya no ve tan lejos.
Hoy, el pequeño extremo derecho del Monstruo Verde, quien busca ganarse la titularidad, suma tres goles. Le hizo un doblete al Real Sociedad en el Olímpico y otro gol al Victoria.
El nieto de doña Leonila, a quien él llama mamá, es una de las nuevas promesas del equipo sampedrano y nos abrió las puertas de su humilde hogar en la colonia San José, en Chamelecón, para contar su historia, que va más allá del jovencito que vemos en la cancha.
El pequeño jugador sampedrano, quien utiliza la camisa 21 en su espalda, comenzó su aventura con la número cinco desde los seis años en el campo de la Suazo Córdoba y nueve años después llegó al equipo Paz Barahona de las Ligas Menores de San Pedro Sula.Y fue ahí donde los lazos entre él y los verdolagas se entrelazaron.
“Yo estaba jugando una semifinal con mi equipo contra Platense Jr. en el Patria Marathón y ahí andaban directivos buscando futbolistas prospectos para las reservas, me vieron, preguntaron por mí y me dijeron que me fuera a probar”, inició contando el extremo derecho, mientras su abuela, tíos y hermano nos rodeaban en la sala de su casa durante la entrevista.
El primer día que llegó a la sede para probarse estaba nervioso porque “miraba las cosas difíciles, mis compañeros eran más fuertes y altos que yo; pero me dijeron ‘hacé lo que sabés hacer’, y los goles comenzaron a llegar”.
Ramos no piensa que todo está llegando muy rápido, pues él cree que todo es al tiempo de Dios. Han pasado un poco más de seis meses desde que subió al primer equipo y es el mismo jugador que nos cuenta quién le informó sobre su ascenso.
“Yo estaba en mi casa y el gerente del equipo, Rolin Peña, me mandó un mensaje por WhatsApp y me dijo que me presentara al día siguiente a hacerme pruebas médicas. Mi alegría era enorme”.
El verdolaga reveló también lo que hizo con su primer salario como futbolista de Liga Nacional: “Estaba muy alegre y ese dinero lo guardé para pagar mis pasajes y ayudar a mi mamá, aunque sea con un poco, para la casa”.
En un momento, Odín vio lejos llegar a primera, pues en su entorno recibía ofrecimientos que podían desviarlo de sus sueños de convertirse en profesional; pero su familia siempre lo orientó por el camino correcto.
Huracanes
Hoy, el jugador, al que Martín el “Tato” García hizo debutar el 16 de noviembre de 2021 en Tocoa, vive con mucha ilusión este dulce momento, luego de atravesar duros episodios, como el día en que los huracanes Eta y Iota inundaron su casa y perdieron todas sus pertenencias.
Odín y su familia quedaron atrapados en el techo de su casa, donde tuvieron que dormir durante tres días mientras esperaban por auxilio.
“Fue difícil, vivimos cosas peligrosas en la época de los huracanes, realmente fue duro. Todo lo que ves aquí (nos señala la sala) se inundó y perdimos todo lo material, pero eso pasaba a segundo plano, lo que me importaba era mi familia, y gracias a Dios aquí estamos”, confiesa mientras sus ojos se ponen llorosos.
Mientras Odín preparaba sus implementos deportivos y el pasaje del autobús que lo llevaría a la sede del club verdolaga para el entrenamiento de la tarde, el orgullo de San José se llena de ilusión porque hoy podría saltar a la cancha y jugar su primera semifinal.
MÁS DE ODÍN RAMOS
Su debut: El sampedrano debutó el torneo anterior contra Real Sociedad en la victoria 0-3 de su equipo, pero comenzó a tomar reflectores en este certamen bajo el mando de Manuel Keosseián donde ha jugado seis partidos y ha marcado tres goles.
Es olimpista: Odín Ramos defiende a capa y espada los colores del verde, pero su equipo desde su niñez ha sido el Olimpia como la mayoría de sus familiares. Al fondo la abuela de Odín exclamó “Soy Olimpia, pero ahora apoyo al Marathón porque ahí juega él”.
Sus estudios: Se quedó en noveno grado pero quiere seguir el próximo año con la carrera de informática.
Su sustento: Su abuela es su mundo, es quien lo crió y no ha podido ir a verlo jugar en vivo porque sufre de la presión y no controla sus emociones.
