Orlando Varela, árbitro hondureño de baloncesto, vivió días inolvidables al convertirse en el primer catracho en dirigir un partido de la NBA Summer League. De regreso en suelo centroamericano, Varela fue protagonista en la intensa semifinal masculina de los Juegos Deportivos Universitarios Centroamericanos (Juduca), donde la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) cayó por la mínima (52-51) frente a la Universidad de Costa Rica (UCR).
Sobre su experiencia en el torneo universitario regional, Varela expresó que, aunque fue un partido doloroso para los locales, arbitrar este tipo de encuentros siempre resulta enriquecedor. Más aún cuando se trata de su alma máter: “Estudié en la UNAH, así que es siempre emocionante poder ser parte de estos eventos”.
Acerca de su participación en consigna arbitral dentro de la NBA, para el árbitro fue un momento desafiante y a la misma vez motivador. Estar rodeado de mucha gente y cámaras fue algo abrumador para Orlando, pero no se compara con el aprendizaje aprendido de colegas experimentados y lo ve como una oportunidad para seguir creciendo.
Comparando ambos mundos, Orlando Varela señaló que en Estados Unidos los jugadores ya llegan con procesos formativos sólidos desde muy temprana edad, lo cual marca una diferencia sustancial respecto al desarrollo deportivo en Centroamérica.
Orlando Varela no solo suma experiencia internacional, sino que se convierte en un referente para nuevas generaciones de árbitros y deportistas hondureños que sueñan con competir en la élite mundial.
ENTREVISTA CON ORLANDO VARELA
¿Cómo es ser árbitro en este tipo de competiciones como Juduca?
Estos son realmente unos juegos muy emocionales, de gran intensidad, especialmente para el equipo local y este tipo de semifinales, perdiendo por un punto tiende a ser doloroso. Sin embargo, para mí como árbitro, en la experiencia siempre es enriquecedor. Es una raya más al tigre, sumando experiencias diferentes y, sobre todo, significativas para mí. Yo estudié en la UNAH, así que siempre es emocionante poder ser parte de eventos internacionales como este.
Recientemente estuviste en la Summer League de la NBA, algo muy significativo para Honduras, ya que sos el primer árbitro que está en este tipo de ligas. ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue increíble, la verdad. Al inicio de los primeros juegos, tengo que confesarte, resultó abrumador: las cámaras, la cantidad de personas en la cancha... apenas se podía mover. Pero en realidad fue una experiencia muy enriquecedora. Personalmente, aprendí mucho de árbitros sumamente experimentados, y esto da la oportunidad de seguir creciendo en esta profesión, que cada año se va abriendo más. Gracias a Dios, he tenido la chance de participar, los torneos siguen expandiéndose, y espero que esta cosecha continúe.
¿Existe una gran diferencia pasar de la NBA y ahora a los Juduca?
Sí, claro, (en la NBA) tenemos jugadores más atléticos, más grandes, más fuertes, más rápidos. La diferencia es significativa, pero al final en esencia es básquet. Pero en el caso de la Summer League son jugadores de 20-22 años más o menos, que vienen de universidades de primero o segundo año, entonces son jugadores que tienen muchísimo bagaje detrás, así que son diferentes los sistemas y las reglas tienden a ser diferentes. En el caso para la NBA, tienden a favorecer un poco más al espectáculo y este tipo de actividades, pero en esencia sigue siendo lo mismo.
A nivel universitario, ¿crees que está muy lejos Centroamérica con Estados Unidos?
No se trata solo de un tema universitario; debe haber proyectos y procesos formativos desde edades tempranas. Los jugadores que llegan a la Summer League suelen llevar 15 o 16 años compitiendo, muchos comenzaron desde niños, por lo que arrastran una trayectoria inmensa y eso es algo que el tiempo no lo puede contrarrestar. Lo crucial son esos procesos de base, ese desarrollo desde que adquieren las habilidades fundamentales hasta que llegan a este nivel y, finalmente, pueden demostrarlo en la cancha.
¿Qué mensaje le darías a los jóvenes que quieren ser jugadores profesionales de básquetbol o también árbitros?
Esforzarse. El esfuerzo, el trabajo en equipo; por ejemplo, el trabajo en equipo con mi esposa, sobre todo, porque si no fuera por ella, tampoco hubiera tenido la oportunidad de ir. Y pensar que en realidad no hay un límite. Hace muchos años, y tengo que confesarles que pensé en dejar el arbitraje en algún momento, pero seguí empeñando, empujando un poquito más. Haciendo las cosas pequeñas todos los días es lo que nos lleva a acumular ese éxito.
