Cuando son apenas días los que faltan para el juego contra Costa Rica lo que menos quiere la Selección Nacional de es relajarse y así lo ha evidenciado.
Al cuadro Nacional no lo paró nada de realizar sus trabajos ni la lluvia ni el retraso en el vuelo ni mucho menos la hora. La Bicolor ya se encuentra nuevamente en Fort Lauderdale tras el amistoso en Nueva York contra Israel.
En la práctica de este lunes se tuvo que hacer un cambio, en el horario especialmente. A inicio se tenía previsto que el cuadro Nacional arribara a Fort Lauderdale a la 3:30 pm pero no fue así porque las tormentas en el suelo estadounidense hicieron que el vuelo se retrasara por dos horas.
Mientras los periodistas esperaban impacientes que los jugadores y cuerpo técnico llegaran, en el hotel ya esperaban Marvin Chávez y Víctor Bernárdez, quienes llegaron a la concentración de la Selección desde la mañana.
Los jugadores del San José Earthquakes al igual que Mario Martínez pudieron entrenar con el resto del grupo. En el caso de Marito, su llegaba coincidió con la de sus compañeros a la terminal aérea.
“Vengo con mucha energía”, dijo Marvin Chávez, quien retorna al cuadro nacional luego de la lesión que sufrió a inicios de años tras un encontronazo con el lateral derecho Brayan Beckeles.
Osman Chávez (Wisla Cracovia) y Jerry Bengtson (New England) también se integraron ayer por la tarde. Bengtson entrenó y Chávez hoy estará realizando su primera práctica.
La Selección viene de perder 2-0 contra Israel en juego de preparación realizado el domingo en Nueva York y jugadores como Emilio Izaguirre hacen un llamado a darle la vuelta a la hoja para pensar de lleno en lo que será el duelo de las verdades contra Costa Rica este viernes.
“Yo el juego contra Israel pasó, ahora tenemos que pensar en el juego contra Costa Rica, buscar ganar para levantarnos”, señaló el lateral izquierdo del Celtic de Escocia.
La práctica de ayer se realizó en una canchas que se encuentran cerca del hotel de concentración. Antes de saltar a la grama, un grupo de aficionados llegó con una enorme bandera de Honduras para que los jugadores y el cuerpo técnico la firmaran y así fue, hasta el mismo Luis Suárez regaló unos segundos de su tiempo para estampar su nombre.
Lo hecho por Suárez causó el asombro y la simpatía de los asistentes ya que el colombiano hasta se arrodilló para no causarle ningún daño a la bandera.
