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Dos corredoras protagonizan el momento más conmovedor de los Juegos Olímpicos

  • 17 agosto 2016 /

Nikki Hamblin y Abbey D'Agostino muestran al mundo el espíritu olímpico.

Río de Janeiro, Brasil.

La atleta neozelandesa Nikki Hamblin y la estadounidense Abbey D'Agostino iniciaron el martes en Río de Janeiro la que puede ser una amistad para toda la vida, forjada en el dolor y la desgracia compartidos sobre la pista en las series olímpicas de 5.000 metros de los Juegos Olímpicos 2016.

Hamblin precipitó el doble infortunio al pisar el bordillo interior de la pista. Se desequilibró y súbitamente se fue al suelo, de forma que D'Agostino, que corría a su espalda, no pudo evitar el tropezón con ella y seguir la misma suerte.

La neozelandesa Nikki Hamblin y la estadounidense Abbey D’Agostino sufrieron una caída y decidieron ayudarse para llegar a la meta.
Después de unos segundos retorciéndose de dolor sobre la pista, el instinto de solidaridad surgió de lo más profundo de sus corazones. D'Agostino ayudó a su rival a incorporarse y ambas se fundieron en el abrazo del consuelo en medio de la desgracia.

Las dos tuvieron arrestos para llegar a la meta, donde la norteamericana fue retirada en silla de ruedas. Habían llegado las últimas. Hamblin decimoquinta con 16:43.61, minuto y medio después que la ganadora, la etíope Almaz Ayana, plusmarquista y campeona olímpica de 10.000, y D'Agostino a continuación, con 17:10.02.

Ambas corredoras se ayudaron para llegar a la meta.
La emotiva escena, repetida en el videomarcador del estadio, movió el corazón de los jueces, que resolvieron recalificar a las dos atletas, que volverán a verse las caras el viernes en la final, si es que están recuperadas de sus heridas.

Abbey D'Agostino terminó siendo llevada en silla de ruedas.