La policía de finanzas italiana le confiscó a Diego Armando Maradona dos relojes de lujo como parte de pago de su deuda impositiva, que asciende a 30 millones de euros, 38.5 millones de dólares, anunciaron las autoridades.
La policía invitó al ex futbolista argentino a seguirle a su garita en Giuliano, en la periferia de Nápoles, donde le confiscaron los relojes Rólex.
Maradona se encontraba en ese lugar para jugar un partido en beneficio de la Cruz Roja que fue suspendido por el mal tiempo. A la salida del estadio, el martes por la noche, Maradona fue requerido por la policía de Giuliano. Una vez en la comisaría, el mando del destacamento, Geremia Guercia, decomisó los dos relojes Rólex, valuados en 10 mil euros, 38.5 millones de dólares.
El policía le informó al 'Pibe de Oro' que tiene una deuda pendiente de casi 31 millones con el fisco italiano de finales de los años 80, cuando jugaba en el Nápoles.
Guercia señaló que se habían sorprendido que el ex jugador argentino llevara consigo dos relojes de gran valor 'porque él sabe que cuando viene a Italia, arriesga siempre de perder algo'.
Manifestó que Maradona llevaba un Rólex en cada muñeca y agregó que había sido 'muy educado, tranquilo y amable'.
'Cuando se fue, le dio el autógrafo a todos los que se lo pidieron', afirmó.
Señaló que el valor de los relojes es de 10 mil euros, 'pero que cuando se rematen, se obtendrá más cuando se sepa que eran de Maradona'.
La deuda de Maradona con el fisco italiano se remonta a los años ochenta, cuando jugaba por el Napoli. El jugador llevaba dos pendientes en las orejas, que la Gazzetta dello Sport dijo que se trataba de diamantes.
El oficial de la policía italiana manifestó que cuando el jugador entró en el recinto policial, no los llevaba consigo y que a lo mejor los había guardado en los bolsillos o e una bolsa, pero que no estaban autorizados a revisarlo.
En un viaje anterior, la policía italiana le había confiscado un dinero que le pagó la televisión italiana por su participación en uno de sus programas, recordó Guercia.
