La final por el título de campeón argentino entre Estudiantes y Boca, que se disputará a mediados de semana en Avellaneda, tendrá componentes emocionales y anímicos que invierten el favoritismo con que contaban hasta ahora los boquenses, duramente golpeados por dos derrotas terribles.
Boca era el gran candidato a ganar el torneo Apertura antes de que comenzara, durante su desarrollo y en sus tramos finales por los cuatro puntos de ventaja que tenía sobre Estudiantes de La Plata en la penúltima jornada y los tres en la última.
Pero dos traspiés frente a Belgrano (1-0) y Lanús (1-2) obligaron a sus hinchas a guardar el cotillón preparado para la fiesta e hicieron posible el milagro con que soñaban los estudiantiles, ganadores de once de los últimos doce partidos disputados a la sombra de un conjunto auriazul que siempre pareció dueño de la situación.
Además, el equipo que en la séptima jornada dejó el técnico Alfio Basile -designado seleccionador- como líder e invicto y entrenado desde la séptima por Ricardo Lavolpe, perdió ante su histórico rival, River Plate, y se quedó sin dos récords que perseguía con interés.
El primero era superar la marca histórica de victorias consecutivas (13) que tiene San Lorenzo desde 2001, porque sólo llegó a 12, y el segundo alcanzar los 47 puntos que también poseen los azulgrana como mejor marca en torneos cortos (19 jornadas) que comenzaron a disputarse en 1991. Sumó 44.
Hay un tercero, nunca alcanzado por los boquenses en su historia, el de tres títulos de campeones consecutivos tras ganar el Apertura 2005 y el Clausura 2006, que estará en juego en el encuentro de desempate ante Estudiantes.
Si Boca pierde no habrá tricampeonato y se quedará sin entrenador, ya que Lavolpe insistió en que si el equipo no alcanza el título renunciará de manera indeclinable.
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Boca Juniors y Estudiantes definirán el título de campeón del torneo Apertura el jueves próximo, un día después de lo anunciado al principio, en una muestra de desprolijidad en el balompié argentino.
