Bajo las gradas de sol del Estadio Morazán aparece el hombre que hace casi 40 años hizo, como jugador y técnico, lo que el Marathón mantuvo hasta el miércoles: ser goleador del torneo y mantenerse invicto, respectivamente.
Enrique “Quique” Grey Fúnez sale de su oficina, ubicada bajo la gradería, con un celular en la mano y desde el primer momento conversa agradablemente con GOLAZO sobre su vida pasada y actual.
“Mi nombre de guerra es Enrique porque así me inscribí en la escuela, en los equipos, como entrenador y en todos lados. Sin embargo, cuando empezaron a emitirse las cédulas de identidad y ya estaba mayor, me registraron como Henry”.
Así comienza su relato esta gloria del balompié nacional que sentada en una silla trata de dejar claro porqué tal confusión con sus nombres.
En lo que no tiene problema es en decir que nació fruto del amor entre Enrique Grey Luben y Michelle Fúnez, el 12 de mayo de 1942 en el hospital D’Anthony de La Ceiba.
Sus primeros juegos fueron en San Pedro Sula con el Habana, el Unión Atlético y La Salle.
“Entonces llegó la Liga Nacional y habíamos clasificado para incursionar en la Liga No Aficionada. El primer año, en 1965, me otorgaron el título de campeón goleador por los 14 tantos que hice en las dos vueltas”.
“Quique” encontró las redes más por cosas del destino que por algo propio. “Era una especie de volante, pero cuando Tulio ‘El Burro’ Millares decidió dejar el equipo para irse a El Progreso, me propuse sustituirlo”.
Fue en la misma fiesta de despedida de “El Burro” en donde “Quique” le dijo a los directivos que él asumiría el puesto de artillero del conjunto. “Esa propuesta se cumplió”.
Su generación
Enrique; sin embargo, no tuvo fácil su labor por la competitividad que afrontó desde la Liga Mayor, anterior a la No Aficionada, en donde rentaban grandes equipos y jugadores.
“Los veía como gigantes por su fútbol y marca. Miraba a jugadores como ‘La Bunca’ Ochoa, Valerio, el portero ‘Cara de Hacha’, Jim Lowe y otros y me impresionaba el nivel que tenían. Eran otras épocas, pero cuando llegué a la Liga Nacional, no fue tan difícil porque estaba acostumbrado a la competición. El equipo que era más fuerte era el Olimpia y ni Motagua tenía consistencia”, explica.
Con su habilidad y esfuerzo, “Quique” logró formar parte de la generación en la que destacaron Mario Caballero, Julio César “Cucaracha” Fonseca y René “Papi” Cruz.
“Ellos sustituyeron a los que antes eran emblemáticos y apareció otra concepción de hombre en la Liga No Aficionado. Unos no siguieron la carrera porque habían más compromisos”.
Selección Nacional
Entregar su vida al fútbol le valió a “Quique” el llamado a la Selección Mayor en 1967.
“Incluso quedamos en tercer lugar en una competencia realizada aquí en Tegucigalpa, después de Guatemala y México”.
A su regreso de la Bicolor, en la que hizo nuevas y fuertes amistades, se produce su vinculación a Marathón.
“Era parte de un centro piloto de fútbol del norte. Ahí tuve varios compañeros y me vinculé con gente de Vida, Victoria, Platense y Marathón. Fueron los hermanos Caballero quienes me llevaron para allá y los apoyaba el entrenador Héctor ‘El Mico’ Mejía. A ellos les pareció que les podía ayudar y me vincularon”.
Con el Monstruo Enrique y sus goles se convirtieron en los verdugos de varios equipos internacionales.
“Jugamos muchas veces, pero recuerdo la gira que ganamos por El Salvador, el partido contra Necaxa o contra Santos de Brasil, en el cual me cometieron un penal que convirtió Flavio Ortega. Recordar tantas cosas a esta hora es un poco complicado”, destaca sonriente.
Tres temporadas después, “Quique” no sólo era un goleador, sino también un defensa muy fuerte debido a las disposiciones de su técnico.
“De repente pasé a atrás, pero como tenía un salto potente, hacía más goles con la cabeza que con los pies”.
Entre los técnicos que lo dirigieron estuvieron varios de los graduados de la Escuela Nacional de Entrenadores.
“Quique”, luego convertirse en goleador, pasó por otros equipos como Real España, Platense, Vida, Victoria, Olimpia, Atlántida, Fas de El Salvador, Izabal y Juca de Guatemala. Ese transitar por varias manos de estrategas despertó su propio interés por la dirección técnica.
Cómo técnico
“Alguien que me motivó fue Héctor ‘El Mico’ Mejía, además de Nasry Ictech y de Mito ‘El Chi’ Hernández. Ellos hicieron que me vinculara como entrenador escolar antes de mi retiro del balompié. Me mandaron al primer curso de fútbol a Choluteca cuando no quise jugar el torneo de 1968 por dificultades contractuales con los equipos que reforzaba. Luego del curso tomé un bus que me llevó a Nacaome, en donde empecé a formar una liga gracias a la ayuda de amigos. Llegamos a tener siete equipos y lo bueno es que la liga todavía se mantiene. Estuve dos años y cuatro meses, pero volví porque a ‘El Mico’ Mejía se le ocurrió que ayudara con el Verdúm en la parte técnica. Seguí al San Pedro, que era la misma Salle y en donde ya había sido entrenador, pero sin título”.
Luego pasó a Marathón, con el que obtuvo el campeonato y una racha de 21 triunfos.
Fotos German Mejía
De ahí la vida lo llevó a Real España, Platense, Vida, Victoria, Olimpia, Atlántida y al Izabal de Guatemala. “Quique”, quien está casado con Arody Irula desde 1980 y tiene seis hijos, se desvinculó del fútbol de Honduras en 1998, pero siguió trabajando en Guatemala.
Desde ese año labora en el Colegio de Entrenadores de la Zona Norte junto a Alberto Chedrany. Es el subdirector de la escuela de entrenadores, en donde transmite sus conocimientos a jóvenes técnicos del país que quieren seguir el camino del éxito labrado por “Quique Gol” Grey.
Sus equipos
Como jugador: La Habana,
El Unión, El Quetzal, La Salle, Marathón, Selección Nacional, Verdúm, *Refuerzo en varios equipos
Como técnico: Liga de Nacaome,
Platense, Marathón, Atlántida, Real España, Vida, Victoria, Juventud Morazánica, Olimpia, Selección Juvenil, Fas de El Salvador, Real España, Olimpia, Real Maya, Izabal de Guatemala y Juca de Guatemala
Frases
“Todavía faltan muchos criterios en el fútbol, empezando por los dirigentes. Los jugadores también deberían tener clases para que cuando lleguen los grandes momentos sepan comportarse adecuadamente. Muy pocos saben que tendrán un encuentro con la historia”.
“Los futbolistas no deben estar comprometidos con su equipo por un contrato o dinero, sino por el amor a la camiseta, por el ideal de hacer crecer a un conjunto, a su afición y a ellos mismos. Pueden ser los mejores y de ahí depende una Selección y un país”.
“Siempre me gustó ayudar más a los demás que buscarle soluciones a mis propias necesidades. El señor Benjamín Paz me pagaba 100 lempiras por gol, yo repartía el dinero entre mis compañeros. Una vez, siendo goleador de la Selección, repartimos un carro que habíamos ganado”.
“No me ha gustado que David Suazo haya tirado puños en el partido contra Guatemala. Es una persona que ha absorbido muchas cosas en Italia, en donde ha sido segundo goleador y no es posible que pierda los estribos. David debe ser diferente y demostrarlo”.
“Al actual Marathón le digo que no se confíe y siga adelante para mantenerse en el liderato. Su afición tiene que apoyarlo. Lo mismo debe hacer Walter Martínez, trabajar en no perder la visión de futbolista y de servicio. Eso también es para todos los equipos”.
“El técnico de la Selección, es mi opinión personal, debe ser español por la influencia técnica que hemos tenido de ese país. Todavía no estamos preparados para asumir los retos que conlleva una eliminatoria y necesitamos que alguien venga, nos enseñe y supervise las ligas menores”.
“Me gustaría que todos lo que han estado en los equipos participen en el fútbol para poder ayudar a que avance. Lo que pasa es que a veces quienes están no tienen la experiencia y el conocimiento de los que han sido parte de esto desde hace varios años”.
Para conocer
Antes de que se creara la Liga Nacional, en la que se limitó la participación de equipos, los conjuntos se enfrentaban en torneos locales, de los cuales salían ganadores departamentales que luego luchaban por el campeonato.
“Quique” Grey jugó contra el Hibueras y el Sula de La Lima y contra el España, Marathón, Boca Juniors e Independiente.
“Quique” Grey está casado con Arody Irula desde 1980 y han procreado seis hijos.
• “Víctor Yuja me puso a jugar de delantero una vez con Marathón cuando la temporada no era buena. El partido era contra Honduras, de El Progreso y entonces se creó una polémica entre el portero contrario Fátima Valerio y yo porque él era uno de los que nunca había vencido. Se había quedado sin golear, pero en ese partido le anoté”.
• “Una vez, jugando contra Platense, mi compañero Víctor Castro iba a ser un centro y yo iba en velocidad. El ‘Ñurdo’ Fúnez me hizo zancadilla. Iba en el aire buscando dónde aterrizar, pero la bola me pegó en la cabeza y se fue a un ángulo. Caí y celebré, pero el Correo del Norte decía que yo era un fenómeno. Hay goles circunstanciales”.
De interés
“Quique” según las estadísticas de Ismael Ramos
•Jugó con La Salle, después San Pedro, en los torneos 1965-1966, en el que marcó 14 goles y fue campeón de goleo. También en el torneo 1966-1967, en el cual anotó 10 goles y en el torneo 1967-1968, en el que hizo 2 tantos.
•Con Marathon jugó en el torneo 1968-1969, llegando a anotar 4 goles.
• En su carrera anotó 30 goles: 26 con La Salle o San Pedro y 4 con Marathón.
• Su primer gol fue el 15 de agosto de 1965 en el Morazán, en la derrota 4-2 contra el Marathón, en donde por cierto anotó los 2 goles.
• Su último gol fue el 16 de marzo de 1969 contra el Atlético Español, en la derrota del Marathon 2-1 en la capital.
• Como técnico fue subcampeón con Marathón en el torneo 1973-1974. También fue campeón con Olimpia en el torneo 1984-1985.