El problema principal de las parejas es que no reciben “el asesoramiento necesario” y “no se sienten libres”. La especialista afirma: “Ellos no se sienten con el derecho de poder pedir ayuda ni de expresar sus emociones, ni siquiera incluso de sentirlas, porque no sienten que son los protagonistas”. Perciben que todos los cuidados tienen que estar centrados en el paciente y no en ellos, por lo que pasan a un segundo plano, cuando en realidad son figuras indispensables.
El abandono, ¿por qué ocurre esto? “Hay parejas que a raíz del diagnóstico rompen, pero eso no significa que la enfermedad sea la causante de la ruptura”, asegura la especialista. Son parejas que previamente tenían “dificultades de comunicación y de convivencia“, por ello se ven saturadas ante “una situación de crisis vital como el cáncer”.
Cómo actuar con los niños. Fátima Castaño: “Los psicólogos recomendamos que si normalizamos las emociones y situaciones con los adultos por qué no hacerlo con los niños”. Los niños ya poseen la capacidad de comprensión a partir de los 3 años, “ellos se dan cuenta de que hay alguien malito”. La experta señala que la clave es “adaptar la información a la edad del niño”.
Es importante mantenerlos informados “para que no se sientan aislados de la circunstancia familiar” y se sientan parte de los cambios. No hay que dejar que “fantaseen con que quizá ellos sean culpables de lo que está ocurriendo”, porque su ellos no saben lo que está ocurriendo, solo ven una aptitud rara es sus padres.
Una vez que el niño ya tiene la información de enfermedad de su familiar, poco a poco, hay que ir comunicándole los cambios si la gravedad aumenta. “Si a un niño se le dice de forma abrupta que su padre o madre ya no está, va a ser mucho más complicado entender las circunstancias”, asegura la psicooncóloga.
Junto con la información hay que dándoles “seguridad para que entiendan que no van a estar solos”. Deben entender que aunque ese familiar ya no esté, “se les va a cuidar y que sus rutinas van a seguir”. Eso a los niños les da confianza y facilita la comprensión de todo el proceso.
Recomendaciones durante la enfermedad
* Favorecer el trabajo en equipo: ser conscientes de que es un trabajo de dos.
* Normalizar las emociones: estas no son patológicas. Hay que tratar de manejarlas y saber identificar aquellos aspectos que requieran la atención de un profesional como la sensación de excesiva dificultad o de mucha tristeza.
* Abrir las vías de comunicación: la mayoría de las parejas lo viven en silencio por miedo a preocupar al otro. Hay que normalizar ese proceso y dar pie a que hablen y a que se sientan libres de manifestar sus dudas.
* Asumir los cambios de roles que puede haber en la pareja, adaptarnos a todo tipo de circunstancias (el trabajo, el cuidado de la familia, los hijos, entre otros).