Cómo es el amor en la generación Z

Esta generación oscila en las personas nacidas entre 1997 al 2012, también se les conoce como “pos-millennials”

La percepción de amor es una visión que adoptamos con la influencia de algunos factores, si le pregunta a un adulto mayor, a un adulto joven, un adolescente y un niño “¿qué es el amor?”, la respuesta tendrá distintas fuentes porque las vivencias, educación y el ambiente que nos rodea limitará la respuesta.

Hay un gran número de estadísticas sobre la generación Z y cómo las personas en ese grupo poblacional se diferencian de sus predecesores. Los nacidos después de 1995 supuestamente tienen menos sexo que los adolescentes de los noventa, y es menos probable que deseen una relación seria.

No es de extrañar, entonces, que la forma en que los adolescentes y adultos jóvenes de hoy abordan las citas difiera enormemente de la de los boomers y la generación X, pero también de la de los millennials, el grupo más cercano en edad a la generación Z.

En la generación Z hay personas no mayores de 25 años, la gran mayoría que tiene acceso a la conexión de internet posee cualidades tecnológicas, con las cuales navega en un sinfín de redes sociales que le facilitan entablar relaciones con otros usuarios, aquí también entran las más conocidas como Facebook, Instagram y WhatsApp, apps donde millones de personas conocen a otras con fines de citarse y encontrar algo más que amistad.

Es posible que a los investigadores les guste señalar que la generación Z está demasiado preocupada por las redes sociales como para que les importe el sexo, pero la forma en que los adolescentes y jóvenes de hoy ven las relaciones sexuales es un poco más compleja.

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Como la generación que creció con las consecuencias de la inflación mundial, muchos miembros de la generación Z están más preocupados por los estudios universitarios, las perspectivas laborales y la estabilidad financiera que por encontrar una pareja estable. Si a eso le agregamos una pandemia, las citas caen aún más en la lista de prioridades de la generación Z.

“Más allá del contexto social, para que una persona pueda comprometerse, se necesita tener autoestima, conocerse a sí mismo, ser empático y expresivo con los gustos, preferencias y cualquier inseguridad. Entonces, la educación obtenida en el hogar también influirá en este acto, ya que será un parámetro de qué tan sana será una relación a futuro”, expresó la psicóloga Silia Barahona.

Sin embargo, las redes sociales son, sin duda, el escenario ideal para mentir u ocultar información que puede ser relevante, pero la generación Z no parece ser el problema en esto, ya que son partidarios de la sinceridad y claridad de lo que se quiere.

Y es que se sabe, hay cosas que son imposibles de ocultar cuando ya sucede la cita presencial, como los kilos de más, el color de piel o la altura, en donde puede resultar más complejo es saber las verdaderas intenciones de la otra persona, aunque allí es donde los menores de 25 años son directos, llegando al punto de cometer “sincericidio”, término adoptado por los especialistas para referirse a una sinceridad excesiva y sin límites que resulta hiriente para la persona que recibe el mensaje.

Frases como “yo no quiero nada serio con vos, solo quiero que pasemos un buen rato”, son de las más comunes. Por otro lado, las diferencias entre la generación Z, millennials y generación X son notorias, por ejemplo, la estabilidad económica ha disminuido con el tiempo, es decir, en los 60 y 70, un hombre promedio de 25 años podía apoyar a su familia con sus ingresos sin la expectativa de que su mujer trabajara, capacidad que se ha visto perjudicada con el tiempo. Otra muestra clara es la facilidad que antes había, por lo menos en Honduras, de adquirir terrenos, ahora es una utopía conseguir alguno ganando incluso un poco más del salario mínimo.

“Los jóvenes en la actualidad se cuestionan mucho las decisiones que abarcan la economía propia, como el tener un hijo, incluso teniendo formación académica superior o una estabilidad económica, priorizan su salud mental y su estética; planifican sus deseos y sus necesidades, buscando, en algunos casos, la gratificación inmediata”, dijo Barahona.

Así que, son muchos factores que han cambiado de generación en generación, y como jóvenes, no queda más que tomar lo positivo de cada ejemplo que vemos para ponerlo en práctica. Si tienes miedos al compromiso o a enamorarte, primero debes sanar heridas y enfocarte en que ningún mal dura para siempre, lo bueno llegará a tu vida en su debido tiempo.

Consejos

1. Para aprender a amar, siempre recalcamos aprender a amarse a uno mismo, si no establecerás patrones de dependencia emocional con otra persona.

2. Y sí, a amar se aprende, así que otro tip funcional es desprenderse de los ideales románticos de película, ya que eso no existe, toda relación tiene altibajos.

3. Conocerse a uno mismo es clave, de esta forma se te facilitará expresar lo que te gusta y lo que no, así se acentuarán los límites en una relación.

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