Lo que sucede con tu cuerpo
en el embarazo y posparto

Es una etapa maravillosa en la vida de la mujer, aunque esté llena de cambios físicos y dudas

El embarazo es el estado fisiológico de una mujer que comienza con la concepción del feto y continúa con el desarrollo fetal hasta el momento del parto.

Este período se divide en 40 semanas y dura 280 días, aproximadamente. Es una de las fases más emocionantes de la vida, llena también de sentimientos de angustia, ansiedad y miedos, afirma la ginecóloga María Dolores Gómez.

Para Melissa Fortín, coach de nutrición y entrenadora personal, una vez que nace el bebé, el horario y la rutina, sino que también tu cuerpo, cambian a como estabas acostumbrada a verlo.

“Esto, sumado con la presión social de verte de cierta manera, puede generarte prisa para que retornes a tu peso anterior, volviendo al ejercicio que hacías o que te interesa probar y haciendo algún tipo de dieta restrictiva. Muchas mujeres salen del hospital sin ningún tipo de información sobre los cambios que ha pasado su cuerpo y los síntomas que estos cambios pueden ocasionar.

Algunos de estos síntomas son: escapes involuntarios de orina, gases o heces al reír, toser, correr o saltar. Dolores en la espalda baja; presión en el pubis; sensación de incomodidad en la herida de la cesárea; incomodidad en las relaciones sexuales; una pancita que no se va ni con dieta ni ejercicio”.

Tu faja abdominal. Tu cuerpo es una máquina inteligente, y durante el embarazo, tus rectos abdominales se separan para hacer espacio para tu bebé. Esto también provoca que tu centro de gravedad cambie, y tu cuerpo se incline un poco más hacia el frente, creando una curva en tu espalda, explica Fortín.

“El 70-80% de las mujeres, después del parto, se quedan con esa separación, llamada diástasis abdominal que es básicamente el espacio creado entre recto y recto que no volvió a su lugar”.

La diástasis puede producir dolores de espalda y una pancita de embarazada sin estar embarazada, que muchas veces es confundida con grasa abdominal”.

“Si bien no podemos decir que no hay nada de grasa, la mayoría de veces, al corregirse la diástasis, se mejora la apariencia de la pancita y los demás síntomas. Si no rehabilitas y fortaleces esos músculos que han estado dormidos, los que componen tu faja abdominal: rectos abdominales, transversos abdominales, oblicuos y demás, antes de retornar al ejercicio, es probable que ese ejercicio empeore tu condición.

Tu suelo pélvico. Adjunto a tu faja abdominal se encuentran los músculos de tu suelo pélvico, que es como tu centro de gravedad. Estos son los músculos que sostienen todos tus órganos, nos sigue explicando la experta.

Durante el embarazo, estos músculos sostienen mucho más peso de lo que están acostumbrados: tus órganos, tu bebé, la placenta, el líquido amniótico, etc. ¡Y lo hacen por 9 meses! Después del nacimiento, siguen sosteniendo tu peso, además de ser impactados por la postura que llevas a diario cuando cargas a tu bebé (y demás hijos), cuando duermes, cuando te sientas, cuando te lavas los dientes, cuando limpias los platos, en fin.

La debilidad de estos músculos pueden causarte escapes involuntarios de orina, gases o heces cuando haces fuerza, o cuando te ríes, estornudas o toses. En muchos casos, te dicen que eso es parte de ser mamá. Pero no es normal. Es común, pero nunca normal.

Rehabilitación Posparto. Hay tres partes fundamentales para rehabilitarse después de un bebé: La nutrición, la respiración y el ejercicio con técnica.

La nutrición es tu medicina natural. Procura que tu alimentación sea balanceada, variada y con fuentes enteras y mínimamente procesadas de proteína, carbohidratos, vegetales y grasas saludables.

Si estás dando lactancia, es necesario que le des a tu cuerpo los nutrientes necesarios para que pueda producir leche de calidad y mantenerte a ti como mamá funcionando de forma óptima. Tu cuerpo siempre priorizará a tu bebé, así que tu leche no escatimará en nutrientes, pero si no te alimentas bien, tú sí puedes quedarte sin ellos.

Para que tus tejidos puedan regenerarse, es necesario que les des la “gasolina” necesaria en forma de alimento. Prioriza siempre los alimentos que sean mínimamente procesados, sin olvidar en cada tiempo de comida una fuente de proteína y muchos vegetales.

La respiración diafragmática o de re-conexión es la que necesitas para reconectar tu cerebro con esos músculos que han estado dormidos durante 9 o más meses. El aprender a respirar de la forma correcta (tal cual como lo hace un bebé) no solo te ayuda a re-conectar sino que te ayuda a relajarte, liberando el estrés que es común al tener que cuidar de una criatura (más todo lo demás que hacen las mamás.)

Además, te ayudan a regular la presión de aire que hay en tu cuerpo, distribuyéndolo de la forma más adecuada en todo tu sistema y oxigenando tu sangre.

El ejercicio de recuperación y fortalecimiento es de suma importancia antes de cualquier ejercicio convencional. Definimos ejercicio convencional como aquel que hacías previo a tu embarazo (HIIT, Crossfit, Pesas, Natación, Aeróbicos, etc.)

Este ejercicio con técnica especializada es diseñado por un profesional Pre y Posnatal, quien te ayudará a despertar esos músculos dormidos, y fortalecerlos, usualmente por un período de 8 semanas, para que puedas volver a tu ejercicio favorito de forma segura.

Si eres mamá posparto (no importa si son 2 meses o 20 años) y tienes alguno de los síntomas mencionados, te animo a que te unas a uno de los Talleres Gratuitos que ofrezco junto con la Fitness Coach Pre y Postnatal, Claudia Morzán, para que aprendas los 4 Secretos para Fortalecer tu Abdomen después de un bebé.

Prioriza siempre tu salud para que puedas cuidar de los tuyos, aconseja Melissa Fortín.

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