Redacción. Es un color neutro en la paleta cromática junto al beige, el blanco o el negro, pero no ha conseguido hacerse un hueco en los fondos de armario como básico hasta esta temporada, en la que el gris se ha convertido en protagonista indiscutible de pasarelas.
No todo es blanco o negro, también existe una escala de grises. Un principio al que la moda se suma: Desde Dior y sus líneas clásicas a Thom Browne, en una colección completa en gris, la fiebre por los trajes de dos piezas o las prendas vaqueras de efecto lavado muestran que este color pasa de ser el tono neutro olvidado a protagonista.
“El gris transmite la sensación de fuerza de algo que es duradero, sólido como una roca y reflexivo”, señala la gurú del color Leatrice Eiseman, directora del Instituto Pantone.
Una tonalidad que pese a ser tildada de aburrida y fría en muchas ocasiones, es capaz de favorecer en su extensa gama cromática a “diferentes tipos de piel, tanto aquellos que tienen subtonos cálidos como fríos”, señala Marta de la Pisa, experta en colorimetría. A la calle y las tiendas de moda rápida la tendencia llega apostando por formatos monocromáticos y estilismos completos, especialmente, en versiones que replican trajes de dos piezas y estructura amplia y de hombreras anchas, un tipo de traje que perfiló la época de finales de los años ochenta y comienzos de los noventa.
