'El llanto se tiene que limitar rapidísimo, nadie puede llorar más de 10 minutos en forma aguda; así es que a esos llantos de desgarro... cuéntele con reloj en mano. Eventualmente, la persona en llanto agudo se tiene que tranquilizar. No podemos mantener ese llanto porque es mucho consumo de glucosa', dice Eduardo Calixto, jefe de Neurología del Instituto Nacional de Psiquiatría en México.
De ahí que la mayoría de bebés, niño o niña, se queda dormido después de tanto llorar.
'La amígdala cerebral izquierda comunica directamente al centro regulador respiratorio y al centro regulador cardiaco y es responsable del llanto y del enojo, porque hay una gran liberación de adrenalina que produce palpitaciones y la respiración profunda', explica el especialista.
Como la amígdala izquierda funciona más rápido en las mujeres por la cantidad de conexiones nerviosas que tiene (aunque en el hombre es más grande de tamaño), se tarda más en responder. No es que lloren más, sino que llegan a ese estado más rápido.
En el giro del cíngulo el cerebro maneja la información de dolor y conceptualización de emociones propias y de las caras de quienes estamos viendo.
'Parte de la amígdala cerebral detecta las caras, pero el giro del cíngulo interpreta emociones. Las mujeres tienen 20 por ciento más grande el giro del cíngulo, por lo que también está más conectado y eso hace parecer a las mujeres 'más sensibles'', indicó Calixto.
Esta parte del cerebro es el 'responsable de que cuando te dicen 'ya no te quiero'... en 300 milisegundos sientes una presión en el pecho'. Y si agregan: 'me estás rompiendo el corazón', puede contestar, 'no, te estoy activando el giro del cíngulo'.
La oxitocina
La oxitocina, agregó Calixto, es conocida como la hormona del apego, del amor. 'Sin ella no tendríamos la sensación de pertenencia. Con ella se da el orgasmo, el trabajo de parto, mamá e hijo secretan oxitocina cada vez que se abrazan, es un maravilloso vínculo de apego mientras el bebé no camina.
'Al empezar a caminar, decimos: 'hijo, has de este mundo tu fuente de oxitocina' y, entonces, andamos buscando quién nos abrace y nos quiera, y cuando lo hacemos tenemos pertenencia.
'Las mujeres liberan más oxitocina que los varones, por eso los apegos amorosos son más intensos por parte de ellas', indicó.
El especialista recomienda a los hombres que vuelvan a abrazar como un proceso que se reaprende. Así ambos liberarán oxitocina.