1. Arrancar un posgrado inmediatamente después de egresar del nivel profesional es posible. Así se disminuye el riesgo de no volver a la escuela por estar atado a compromisos laborales. También se pulen los hábitos de estudios.
2. En tanto, contar con al menos dos años de experiencia laboral permite conocer y vivir los problemas de cierto campo de trabajo. De esta manera se puede elegir un programa enfocado en desarrollar habilidades para solucionarlos.
3. Conocer el campo laboral también da la oportunidad de saber qué tan competitiva es el área y qué tipo de posgrado puede ayudar a resaltar de entre todos los profesionales. Además, contribuye a decidir un área de especialización.
4. Un posgrado es una inversión considerable de dinero, así que le aconsejamos estar en una posición financiera cómoda para estudiar sin estresarse por la colegiatura. Vale la pena revisar opciones de becas, créditos, financiamientos y convenios empresariales.
5. Expertos recomiendan responder preguntas para reflexionar sobre el proyecto de vida: ¿cuáles son mis metas personales, académicas y profesionales?, ¿el posgrado cumple con dichos objetivos?, ¿mis condiciones de vida actuales me permiten estudiar?.
