Al can le divierte y, además, le hace bien ejercitarse, pero hay que tener en cuenta los peligros que esta actividad puede entrañar para el animal y evitarlos.
Un ritmo demasiado rápido, el calor o distancias muy largas pueden acabar con la alegría del perro al correr.
El moverse de manera coordinada es algo que debe aprenderse paso a paso, y no todas las razas de perro pueden acompañar al dueño con su bicicleta.
La coordinación entre el animal y la bicicleta debe entrenarse. La regla principal para ello es no correr demasiado.
“El ritmo debe adecuarse al del perro”, dice Udo Kopernik, de la Asociación Canina Alemana en la ciudad de Dortmund. El experto explica que muchas personas van demasiado rápido cuando llevan al perro con ellos al pasear en bicicleta. “El perro debe poder trotar relajado junto a la bici y no tener que galopar”, aconseja Kopernik.
Sin embargo, el trote también puede a la larga cargar las articulaciones del animal, por lo que es necesario hacer pausas de vez en cuando. Así, el can tendrá tiempo para olfatear en los márgenes del camino, beber algo, establecer contacto con otros perros y hacer sus necesidades.
Advertencia. No obstante, aunque esta sea una actividad muy divertida, no todo perro puede hacerla. Los perros con sobrepeso, los que son viejos o los que están enfermos no deben trotar junto a la bicicleta en ningún caso. “Los pequineses, los bulldogs franceses y otras razas braquicéfalas deben ir en la cesta de la bicicleta o en un remolque para bicicleta”, señala el veterinario Klaus Kutschmann.
Por la obstrucción de las vías respiratorias que sufren estos perros reciben poco oxígeno y no se les pueden provocar esfuerzos.
Perros muy grandes suelen tener problemas con las articulaciones, por ello no deben correr grandes tramos.
En el caso de razas pequeñas como los yorkshire terrier o los dackel, el ritmo debe adecuarse a la velocidad de paseo, y en el caso de los perros que aún están creciendo lo mejor es que la bicicleta se quede en el sótano de la casa.
“El animal debe haber crecido ya todo lo que tienen que crecer, es decir, debe tener al menos un año y medio para salir con su dueño en bicicleta”, dice Udo Kopernik.
“Los dueños deben asegurarse de que sus canes están en buen estado de salud y en forma”, advierte por su parte Marion Dudla, de la Asociación de Protección Animal de Alemania.
Control.
En caso de duda aconseja consultar con un veterinario. Para que durante el tour no haya accidentes o heridas, el can debe estar bien educado.
“Los dueños deben tener el control de la situación en todo momento.
El perro debe obedecer las órdenes y pasear sin dar problema cuando se le saca atado a la correa”, indica Kopernik.
Y no debe tirar de la correa cuando hay cambios de dirección o cuando hay ruidos que distraen su atención. Cuando se cumplen todas estas condiciones, perro y amo son un equipo perfecto para dar un paseo en bicicleta.
El veterinario Klaus Kutschmann aconseja a los dueños de mascotas elegir caminos de tierra o caminos en el bosque para las primeras veces. De esta forma, al perro no le costará adaptarse.
Una vez que se ha hecho el tour, el dueño no debe olvidar revisar las pezuñas del animal para controlar que no se haya clavado nada y que no tiene heridas. DPA