El poder del lenguaje en el desarrollo emocional de los niños

Muchas de las frases que utilizamos habitualmente con los niños, influyen en su personalidad y autoestima

  • 04 sep 2023
Es importante recordar que saber escoger nuestras palabras a la hora de tratar con los demás no significa que no debamos corregir cuando alguien hace algo incorrecto o algo que nos pueda molestar.

Madrid. En la conversación diaria que mantenemos con los niños utilizamos frases y expresiones que tienen un gran poder en su autoestima y desarrollo emocional. Aunque a veces no lo parezca, nuestro lenguaje puede transmitir un mensaje erróneo con un impacto negativo en la personalidad de los menores.

“Mamá, papá ¿hablamos?” es una guía de buenas prácticas comunicativas con el objetivo de desmitificar y analizar el impacto de algunas de las frases cotidianas más utilizadas con los niños.

Esta orientación práctica forma parte de un proyecto llamado “Dale una vuelta”, que ha unido al Centro de Psicología “Inteligencia Activa” y a Meridiano Seguros.

Dar una vuelta a nuestro lenguaje con los niños. La iniciativa que se lanzó a principios de mayo invita a la ciudadanía a participar en la recogida de frases o expresiones comunes, que a pesar de estar arraigadas en el lenguaje, necesitan un cambio. Desde entonces se han recibido más de 400 interacciones con propuestas. “Buscamos dar visibilidad a la relevancia que tiene el uso adecuado del lenguaje en niños y adolescentes y cómo los adultos pueden ser responsables de algunos prejuicios que pueden afectar al desarrollo de los más pequeños”, explica Sonia Carricondo, responsable de Comunicación y RSC de Grupo ASV, al que pertenece Meridiano Seguros.

Frases que deberíamos evitar.

Los psicólogos del Centro de Psicología “Inteligencia Activa” dentro de la guía ¿Papá, mamá, hablamos?, nos explican el poder y las consecuencias de algunas de las frases que más frecuentemente se usan en las conversaciones con los niños.

Por cotidianas que parezcan, utilizar a menudo algunas de estas frases para que tus hijos reaccionen u obedezcan, podría estar transmitir un mensaje erróneo.

1. “¿De verdad lo has hecho tú?”

Implica falta de seguridad en sí mismo/a. De esta expresión, el niño o la niña puede interpretar que no cuentan con la confianza de sus padres, que no les creen capaces de hacer ciertas tareas. Esta inseguridad la arrastran hasta la edad adulta, influyendo directamente en su capacidad de resiliencia.

2. “Me vas a volver loco/a”. Gran independencia emocional sobre los pequeños. Con esta frase el o la menor siente todo el peso de la culpa directamente, cargan con la responsabilidad del bienestar ajeno. El pequeño corre el riesgo de ser demasiado sumiso en sus relaciones, priorizando las necesidades de los demás y dejando de lado las suyas propias.

3. “No llores, que no es para tanto”. Dificulta la compresión de sentimientos. Aunque la intención siempre sea restarle importancia para alejarle del dolor, puede interpretar que se desautorizan sus emociones. En estos casos siempre es mejor apoyarles y consolarles. Deben saber que, en un momento de debilidad, siempre que les pase algo, pueden contar con la presencia y compañía de su familia.

4. “Qué ganas de que acaben las vacaciones y vuelvas al colegio. Estoy harto de ti”. Fomenta la baja autoestima. Como seres emocionales, escuchar este tipo de expresiones les puede provocar un impacto muy negativo al considerar que es una expresión totalmente real. Se sienten culpables del malestar de su familia.

5. “Eres un niño malo”. Esta expresión les puede hacer pensar que son “defectuosos”. No es lo mismo afirmar esto que ellos entienden como un hecho que no pueden cambiar, que especificar en qué se han equivocado y qué es lo que han hecho mal.

6. “No sé ni para qué me molesto, ¡esto no se te da bien!”. Dependencia, inseguridad y baja autoestima. Este tipo de frase expresa cómo el adulto duda de la capacidad del niño y le invita a que él mismo no confíe en sus posibilidades. Además interpreta que no se valora su esfuerzo, y en su futuro, seguirá este ejemplo: “si no se me da bien, ¿para qué me voy a esforzar?”

7. “Ya verás cuando lleguemos a casa”. Problemas de autoridad, intento constante de complacer a otros para evitar el castigo, Este tipo de afirmaciones produce ansiedad, terror y vergüenza en los pequeños y pequeñas porque mientras llegan a casa van a estar pensando en el castigo.

8. “Déjate de tonterías”. Si un niño o a una niña escucha constantemente esta frase, puede dejarse llevar por las palabras de sus padres y dejar de creer definitivamente en los sueños.

9. “Tu hermano/a no hace esas cosas. Deberías aprender de él/ella”. Autoestima frágil y cambiante. El o la menor percibe a esa otra persona con la que se le compara, como un modelo que nunca podrá alcanzar y esto afecta a su autoestima. Considera que no es cómo les gustaría a los demás.

10. “Deja de portarte como un bebé. Madura de una vez”, Muchos adultos manifiestan problemas de ansiedad y excesivo estrés por ser demasiado responsables y autoexigentes. El insomnio, por ejemplo, es un problema muy típico de personas cuyos padres les exigían demasiado, padres y madres que les bombardeaban con frases como esta, generando ansiedad en los menores.