Querida desesperada, gracias, todo está bien con mi familia y espero que también con la tuya cuando te atrevas a ponerle límites a tu mamá. Es muy bueno tener respeto por la madre, pero eso no significa permitir que se meta en la forma que escogiste para vivir.
Tú mamá ya hizo su trabajo de cuidarte y educarte y ahora le toca sólo mirar, eres libre de tomar tus propias decisiones porque eres una adulta. Entonces, con respeto explícale cómo te sientes cuando se expresa enjuiciando a tu esposo cuando tú eres responsable del marido que escogiste y de la vida que llevas con él.
Así que invita tu mamá a ser sólo la orientadora en cuestiones del hogar, como lo había hecho, y pídele que evite hablar mal de tu esposo porque te lastima y eso no le aporta nada a la vida de nadie, ni a la de ella misma. Y también comprende que si tu mamá es mala onda es porque es una mujer infeliz.
También pregúntale qué cree que necesita hacer para sentirse feliz, porque es evidente que no debe pretender ser feliz a través de la vida que escogieron tanto tu hermana como tú ahora que son adultas y que ya no dependen de ella.