Punta Cana, República Dominicana.
La tina está lista, burbujeante y con la temperatura perfecta para disfrutarla. No hay necesidad de solicitar que alguno de los mayordomos del Paradisus Palma Real Golf & Spa Resort la ponga a punto. Los empleados de este sitio saben, casi como por arte de magia o de telepatia, cuál será cada uno de los movimientos de sus invitados y buscan adelantárseles.
Este hotel ubicado en en la Playa Bávaro, en el distrito municipal Verón Punta Cana es un verdadero paraíso para disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Si el huésped está tomando el sol, su bebida predilecta llegará al camastro sin necesidad de solicitarla; por las mañanas, al salir de la habitación, un gentil caballero ya lo esperará con algún jugo o café para iniciar el día.
Aquí nunca falta quien resuelva alguna duda, ofrezca alguna recomendación o hasta se desviva por encontrar a media noche una pastilla para el dolor de cabeza. Con tantos caprichos cumplidos y el mar turquesa de Punta Cana como escenario es inevitable comenzar a respirar profundamente.
Si, a pesar de todo, las presiones citadinas se rehusan a desaparecer, nada mejor que visitar el Yhi Spa y solicitar algún relajante tratamiento o, simplemente, disfrutar de sus instalaciones con duchas frías, sauna, baño turco y jacuzzis.
Al caer la noche, las opciones varían: darse una vuelta por el casino o alguno de sus nueve bares, incluso beber una copa de vino en la cama. El único problema es que irremediablemente habrá que regresar a casa y se comenzará a añorar este Caribe.
La tina está lista, burbujeante y con la temperatura perfecta para disfrutarla. No hay necesidad de solicitar que alguno de los mayordomos del Paradisus Palma Real Golf & Spa Resort la ponga a punto. Los empleados de este sitio saben, casi como por arte de magia o de telepatia, cuál será cada uno de los movimientos de sus invitados y buscan adelantárseles.
Este hotel ubicado en en la Playa Bávaro, en el distrito municipal Verón Punta Cana es un verdadero paraíso para disfrutar de unas merecidas vacaciones.
Si el huésped está tomando el sol, su bebida predilecta llegará al camastro sin necesidad de solicitarla; por las mañanas, al salir de la habitación, un gentil caballero ya lo esperará con algún jugo o café para iniciar el día.
|
Aquí nunca falta quien resuelva alguna duda, ofrezca alguna recomendación o hasta se desviva por encontrar a media noche una pastilla para el dolor de cabeza. Con tantos caprichos cumplidos y el mar turquesa de Punta Cana como escenario es inevitable comenzar a respirar profundamente.
Si, a pesar de todo, las presiones citadinas se rehusan a desaparecer, nada mejor que visitar el Yhi Spa y solicitar algún relajante tratamiento o, simplemente, disfrutar de sus instalaciones con duchas frías, sauna, baño turco y jacuzzis.
Al caer la noche, las opciones varían: darse una vuelta por el casino o alguno de sus nueve bares, incluso beber una copa de vino en la cama. El único problema es que irremediablemente habrá que regresar a casa y se comenzará a añorar este Caribe.
|