El Proyecto “Mi Biosfera” nace como una respuesta integral a los desafíos ambientales, sociales y productivos que enfrenta la Reserva del Hombre y la Biosfera del Río Plátano. Esta zona, reconocida por su diversidad biológica y su riqueza cultural, ahora es epicentro de una transformación impulsada por el desarrollo de cadenas de valor sostenibles, restauración del paisaje y un modelo de financiamiento climático adaptado a las realidades rurales.
Este proyecto piloto es financiado por la Unión Europea para la asistencia técnica especializada y ejecutado por el Instituto de Conservación Forestal (ICF), junto a Zamorano, FUNDER, UNAG y SERNA. Su impacto ya se refleja en comunidades como Dulce Nombre de Culmí, gracias a su enfoque en la ganadería, el café y el cacao con cero deforestaciones.
“Esta iniciativa representa una oportunidad única para que nuestras comunidades conserven el bosque y, al mismo tiempo, mejoren su economía local con acceso a tecnologías sostenibles y recursos financieros diseñados para su contexto”, explicó Dennis Corrales, director ejecutivo de Senprende.
Un modelo de financiamiento inclusivo y climático
Una de las piezas clave del proyecto es Agroemprende Honduras, un programa articulado entre Senprende, FUNDER y la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), que ha canalizado más de 8 millones de lempiras en préstamos dentro de “Mi Biosfera”. Estos créditos climáticos han beneficiado a más de 40 organizaciones y generado 193 inversiones en tecnologías adaptables al cambio climático.
“El éxito de Agroemprende radica en su enfoque inclusivo y ambiental. Se ha convertido en el principal canal de financiamiento para que productores rurales accedan a tecnologías como cercas eléctricas, secadoras solares o sistemas agroforestales que mejoran la productividad y conservan el bosque”, señaló Corrales
Resultados tangibles en comunidades rurales
Durante 4.5 años el proyecto ha producido más de 105,000 plantas para restauración, ha conformado 31 comités de restauración y ha brindado asistencia técnica a 10 fincas agroecológicas. De los 1.36 millones de euros en créditos financieros ejecutados, el 100% presenta una morosidad menor al 3.26%, una cifra que evidencia el compromiso comunitario con este modelo.
Entre los beneficiarios, destaca el caso de Armando Fiallos, socio de la caja rural Cracipech y miembro del pueblo originario Pech, quien logró adquirir maquinaria para procesar café y distribuirlo local e internacionalmente. “Con este apoyo, no solo he mejorado mi producción, sino que he abierto oportunidades de comercialización para toda mi comunidad”, afirmó.
Asistencia técnica más allá del crédito
Además del financiamiento climático, el proyecto “Mi Biosfera” ofrece asistencia técnica integral que fortalece las capacidades de productores rurales en educación financiera, gobernanza, agroecología y sostenibilidad. Cada inversión incluye acompañamiento especializado según la tecnología implementada, promoviendo la autogestión, la conservación ambiental y el desarrollo productivo con enfoque comunitario.
Este acompañamiento garantiza que los recursos financieros se conviertan en transformaciones sostenibles dentro de cada comunidad.
Tecnología al servicio del bosque
Las tecnologías impulsadas por “Mi Biosfera” incluyen cercas eléctricas que previenen la deforestación al restringir el libre pastoreo, sistemas silvopastoriles que integran árboles con ganado, y prácticas de rotación de potreros que mejoran la regeneración del suelo.
“Con estas innovaciones, se reduce la vulnerabilidad de las comunidades a los efectos del cambio climático sin comprometer la productividad”, enfatizó David Erazo, gerente del Centro de Gestión Agroforestal de FUNDER.
Inclusión de género y participación juvenil
Otro de los logros del proyecto ha sido la promoción de la participación femenina y juvenil. De las más de 2,498 personas beneficiadas, el 39% son mujeres, y el 38% de los cargos directivos están ocupados por mujeres y jóvenes. Además, se han legalizado más de 30 organizaciones y se está en proceso de formalizar una organización de segundo piso.
Expansión y llamado a otros productores
El próximo paso será fortalecer las cadenas de valor, consolidar las alianzas locales y continuar restaurando áreas degradadas. Además, el proyecto promueve el empoderamiento del ICF, las alcaldías locales y la sociedad civil para el comanejo efectivo de la Biosfera.
Finalmente, el mensaje para quienes aún no se han sumado es claro: “Que se involucren. Este modelo mejora la producción, protege la tierra y asegura el futuro de las familias. Con apoyo técnico y acceso a recursos, puedes producir de forma rentable y sostenible”, concluyó Erazo.