Los tentáculos de la violencia han alcanzado en los últimos dos años a hombres que dedicaron sus vidas al servicio de Dios.
Datos de la Confraternidad Evangélica de Honduras establecen que más de 20 pastores han fallecido de manera violenta en diferentes sectores del país, siendo Olancho con mayor número de víctimas.
“Tenemos un reporte que más de 20 pastores han fallecido violentamente y han sido alcanzados por esta espiral de violencia que lamentablemente no ha sido controlada y la mayor cantidad de muertos han sido en Olancho”, aseguró Alberto Solorzano, presidente de la organización cristiana.
Al consultarle qué es lo que se visualiza al ver esta escalada de crímenes en contra de los evangelizadores y de personas que han sido asesinadas en el interior de los templos de oración, comentó que “nuestra actitud es de alerta y de colaboración, ya que lo nuestro es convocar a que Dios sea parte y que nos ayude porque está vivo y siente amor por los que han fallecido”.
Sin duda alguna que esta “es una situación que debe preocuparnos a todos, porque en los últimas semanas se sustrajeron artículos de una iglesia de Comayagua y son mensajes que se van enviando, pero nuestro mensaje es de afecto para el ser humano y nuestra propuesta es de paz y tranquilidad, enfatizó Solorzano.
Pastores intimidados
El religioso considera que en diferentes sectores de Honduras hay “zonas calientes” donde los delincuentes han incursionado a cobrar el “impuesto de guerra”, por lo que son intimidados, pero “hemos elogiado el valor y la valentía de los pastores para no desistir.
Hay zonas que son difíciles, pero se respeta bastante a los pastores, porque hay conciencia del enorme esfuerzo que se hace con los comedores infantiles y eso es parte del trabajo que realiza la iglesia”.
Sin embargo, considera que los últimos acontecimientos donde perdieron la vida cuatro personas en el interior de una iglesia en Yoro “deben de llevarnos a todos a la reflexión”.