Gualcinse, Lempira, Honduras.
Reducida a cenizas quedó la historia de Gualcinse, Lempira, al incendiarse la iglesia en la que la comunidad conservaba valiosas reliquias culturales, religiosas y de gran significado para sus habitantes.
Los feligreses regresaron a sus casas el pasado sábado después de rezar el rosario y escuchar un mensaje en la celebración de la Palabra.
Dos horas después, los habitantes salían afligidos y desesperados de sus casas cuando fueron avisados, unos a gritos y otros por el pumpuneo de las puertas, no lo podían creer la iglesia católica ardía en llamas, al parecer debido a un cortocircuito. Los pobladores no daban fe de lo que miraban sus ojos, las llamas abrazaban los altares de la iglesia, las imágenes y la costosa pintura de las ánimas que estaba a uno de los costados.
El humo, los gritos, el llanto, el calor y el crujido de la madera que cedía al fuego se conjugaban ante un pueblo que se sentía impotente frente a lo que veían.
Con cubetas
Fueron los jóvenes del pueblo quienes sin importar la religión que profesaban y liderados por las autoridades del municipio empezaron a llenar cubetas con agua buscando sofocar las llamas.
Cada quien relata el incidente a su manera, pero la voz de los feligreses se quiebra cuando recuerdan la trágica noche que el pueblo quedó sin templo.
“Nos avisaron del incendio a eso de las 11:00 pm. Con un grupo de amigos y vecinos corrimos al lugar con mangueras y baldes para ver qué se podía hacer. Lamentablemente, cuando llegamos el fuego ya se había extendido”, comentó el alcalde de Gualcince, Marco Tulio García Rodríguez. El jefe edilicio aseguró que en “cosa de segundos empezamos a romper puertas, pero quizá con la entrada del oxígeno se avivaron más las llamas”.
Mientras unos corrían con baldes de agua y mangueras, otros llamaban al Cuerpo de Bomberos. Era solo una esperanza para los pobladores, pues eran conscientes que los apagafuegos tardarían unas tres horas en llegar.
La estación bomberil más cercana está en Gracias, Lempira, a 78 kilómetros de donde ocurría el incendio. “No podíamos hacer nada, tuvimos que sentarnos y ver ese escenario dantesco. Nos sentimos muy consternados porque la iglesia era uno de los principales atractivos del turismo en el municipio” lamentó.
Las reliquias
El voraz incendio impidió la entrada de personas al lugar, fueron muy pocos los objetos de valor que se rescataron, la mayoría se quemaron, según los testimonios.
“Son pérdidas millonarias, la iglesia data del año 1700 y es parte del inventario nacional de bienes. Teníamos pinturas valoradas hace 20 años en más de dos millones de lempiras, ahora debían de valer más. Algunos objetos de oro se lograron rescatar, lo demás es pérdida”, dijo el alcalde. Los miembros del Cuerpo de Bomberos aseguraron que a eso de las 5:00 am de ayer se logró controlar el fuego. Del inmueble solo quedó la fachada que estaba en restauración.
Aún no se sabe qué causó el siniestro, pero los pobladores de Gualcinse aseguran que pudo tratarse de un cortocircuito que empezó muy cerca del altar mayor.
Ayer la misa fue celebrada en la casa cural y luego se reunieron las fuerzas vivas para formar un comité mientras las autoridades municipales convocan a todos los hijos de Gualcinse a participar en un cabildo abierto el próximo domingo.
El fuego se llevó casi todo, pero no el deseo de sus pobladores de levantarse y la fe que de esta tragedia surgirá un antes y un después para un municipio que ha vivido en el abandono.
Reducida a cenizas quedó la historia de Gualcinse, Lempira, al incendiarse la iglesia en la que la comunidad conservaba valiosas reliquias culturales, religiosas y de gran significado para sus habitantes.
Los feligreses regresaron a sus casas el pasado sábado después de rezar el rosario y escuchar un mensaje en la celebración de la Palabra.
Dos horas después, los habitantes salían afligidos y desesperados de sus casas cuando fueron avisados, unos a gritos y otros por el pumpuneo de las puertas, no lo podían creer la iglesia católica ardía en llamas, al parecer debido a un cortocircuito. Los pobladores no daban fe de lo que miraban sus ojos, las llamas abrazaban los altares de la iglesia, las imágenes y la costosa pintura de las ánimas que estaba a uno de los costados.
El humo, los gritos, el llanto, el calor y el crujido de la madera que cedía al fuego se conjugaban ante un pueblo que se sentía impotente frente a lo que veían.
Con cubetas
Fueron los jóvenes del pueblo quienes sin importar la religión que profesaban y liderados por las autoridades del municipio empezaron a llenar cubetas con agua buscando sofocar las llamas.
Cada quien relata el incidente a su manera, pero la voz de los feligreses se quiebra cuando recuerdan la trágica noche que el pueblo quedó sin templo.
“Nos avisaron del incendio a eso de las 11:00 pm. Con un grupo de amigos y vecinos corrimos al lugar con mangueras y baldes para ver qué se podía hacer. Lamentablemente, cuando llegamos el fuego ya se había extendido”, comentó el alcalde de Gualcince, Marco Tulio García Rodríguez. El jefe edilicio aseguró que en “cosa de segundos empezamos a romper puertas, pero quizá con la entrada del oxígeno se avivaron más las llamas”.
Mientras unos corrían con baldes de agua y mangueras, otros llamaban al Cuerpo de Bomberos. Era solo una esperanza para los pobladores, pues eran conscientes que los apagafuegos tardarían unas tres horas en llegar.
La estación bomberil más cercana está en Gracias, Lempira, a 78 kilómetros de donde ocurría el incendio. “No podíamos hacer nada, tuvimos que sentarnos y ver ese escenario dantesco. Nos sentimos muy consternados porque la iglesia era uno de los principales atractivos del turismo en el municipio” lamentó.
Las reliquias
El voraz incendio impidió la entrada de personas al lugar, fueron muy pocos los objetos de valor que se rescataron, la mayoría se quemaron, según los testimonios.
“Son pérdidas millonarias, la iglesia data del año 1700 y es parte del inventario nacional de bienes. Teníamos pinturas valoradas hace 20 años en más de dos millones de lempiras, ahora debían de valer más. Algunos objetos de oro se lograron rescatar, lo demás es pérdida”, dijo el alcalde. Los miembros del Cuerpo de Bomberos aseguraron que a eso de las 5:00 am de ayer se logró controlar el fuego. Del inmueble solo quedó la fachada que estaba en restauración.
Aún no se sabe qué causó el siniestro, pero los pobladores de Gualcinse aseguran que pudo tratarse de un cortocircuito que empezó muy cerca del altar mayor.
Ayer la misa fue celebrada en la casa cural y luego se reunieron las fuerzas vivas para formar un comité mientras las autoridades municipales convocan a todos los hijos de Gualcinse a participar en un cabildo abierto el próximo domingo.
El fuego se llevó casi todo, pero no el deseo de sus pobladores de levantarse y la fe que de esta tragedia surgirá un antes y un después para un municipio que ha vivido en el abandono.
