El director noroccidental de la Policía de Investigación, José Leandro Osorio, manifestó ayer que la muerte de las tres personas encontradas ejecutadas el martes en la aldea Uluíta, San Alejo, Tela, tiene como supuesto móvil problemas de droga.
Las tres víctimas fueron identificadas como Wilfredo Altamirano Banegas, comerciante; el clase uno de la Policía Preventiva Juan Martín Rodríguez Mendoza y el agricultor Francisco Torres Rivas, 34.
Las averiguaciones policiales indican que el triple crimen fue ejecutado por individuos que se identificaron como agentes de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico, Dlcn.
En el caso está vinculado un técnico de archivo criminal de la Policía de Investigación de nombre Óscar Ilich Cárcamo, asignado a La Ceiba, que iba con los ahora occisos cuando los interceptaron unos supuestos agentes de la Dlcn, aproximadamente a la medianoche del lunes en la posta que está en la entrada a Tela, en la carretera que conduce de El Progreso a ese puerto.
El técnico Cárcamo está desaparecido, según informaron las autoridades del cuerpo de seguridad al cual pertenece.
Las autoridades investigan un posible vínculo del crimen con los más de 2,000 kilos de cocaína decomisados el mes pasado en Roatán.
Tres carros participaron
José Leandro Osorio dijo que las averiguaciones hechas indican que el crimen organizado está detrás del triple homicidio.
Indicó que según las informaciones preliminares que manejan, los muertos podrían haber estado involucrados con el crimen organizado en cuestión de droga, “pero averiguamos en este sentido y no descartamos que puede ser un ajuste de cuentas”.
El subdirector noroccidental de Investigación, Marlon Miranda, dijo que las investigaciones hechas por los agentes de La Ceiba y Tela establecen que el policía preventivo Luis Reynaldo Mejía les dijo que el lunes estaba asignado a la posta ubicada en la entrada de Tela que conduce a El Progreso.
Santos Gutiérrez Varela, esposa del agricultor Francisco Torres, llegó ayer a la morgue de Medicina Forense.
El policía relató que el supuesto agente de la Dlcn venía con rumbo a Tela en un carro doble cabina marca Mitsubishi, colores verde y gris y le dijo que necesitaba su ayuda para requerir un vehículo doble cabina Nissan Frontier color gris que venía atrás, porque sospechaba que traía droga.
Los identificó
Minutos después, el policía le hizo señal de parada al automóvil marca Frontier doble cabina gris que le había descrito el presunto agente de la Dlcn y el automotor paró la marcha.
El agente preventivo se acercó al carro Frontier y reconoció al clase uno Juan Martín Rodríguez Mendoza y al técnico de archivo criminal de la Policía de Investigación, Óscar Ilich Cárcamo, como dos de los ocupantes del vehículo.
Mejía se fue para donde el supuesto agente de la Dlcn y le comentó que no había problema porque los que se conducían en el carro eran compañeros de ellos.
En ese momento llegaron al lugar otros dos carros, uno de ellos marca Toyota doble cabina color rojo y el otro tipo turismo, también rojo, de los cuales se bajaron otros individuos que se identificaron como agentes de la Dlcn y le dijeron al policía preventivo Mejía que detendrían a los ocupantes del Frontier para hacerles un registro en San Pedro Sula y que si no había problema, los dejarían libres.
Los presuntos policías antidrogas sacaron del Frontier al clase uno, al técnico de la Policía de Investigación y a otros dos hombres que los acompañaban y los pasaron a uno de los vehículos en que se transportaban ellos, en el cual se los llevaron.
No tenía problemas
Los individuos que se identificaron como miembros de la Dlcn también se llevaron el carro en que viajaban el clase uno y el técnico de Investigación con sus acompañantes.
El subdirector noroccidental de la Policía de Investigación, Marlon Miranda, indicó que en la escena del crimen encontraron el carro Frontier en que iban los occisos y una agenda entre cuyas hojas había una factura de la renta del vehículo con el membrete de la empresa Usa Renta Car a nombre de Wilfredo Banegas Altamirano, uno de los victimados.
Santos Gutiérrez Varela, esposa de Francisco Torres Rivas, que llegó ayer a Medicina Forense a reclamar sus restos, manifestó que su esposo residía en la aldea La Cumbre de La Masica, Atlántida y desapareció desde el domingo en horas de la tarde.
Gutiérrez dijo que ese día su esposo, quien se dedicaba comercializar madera y a la agricultura, fue con el equipo de fútbol Azteca, del cual era presidente, a La Ceiba, donde jugaron un partido.
Los jugadores le dijeron que cuando venían de regreso, Torres se quedó en la carretera pavimentada en el desvío a la aldea porque haría un mandado y no lo vieron nuevamente. Aseveró que su esposo no tenía enemigos ni problemas con nadie.
Los familiares de Altamirano Banegas sólo le manifestaron a los periodistas que éste era comerciante y residía en La Ceiba; no quisieron dar más declaraciones.
Los restos de Altamirano fueron velados ayer en una funeraria de esta ciudad. El lunes anterior, dos camioncitos fueron encontrados abandonados en las cercanías del municipio de San Francisco.
Los vehículo tenían compartimientos falsos y fueron llevados a la jefatura departamental. Se busca establecer si tienen alguna conexión con las muertes del policía y los otros dos ciudadanos.
Hora
11.00 am
Fue trasladado el cadáver del clase uno Juan Martín Rodríguez a La Ceiba, en una patrulla que vino de esa ciudad a traer su féretro a San Pedro Sula.