Un contingente de la Policía Nacional intervino en la mañana de este martes el centro penitenciario de Ilama, conocido como “El Pozo” en Santa Bárbara, zona noroccidental de Honduras.
Los policías ingresaron a las 6.00 am directamente a los módulos, donde están recluidos miembros de la pandilla Barrio 18 y Mara Salvatrucha (MS-13) en busca de armas con las que han protagonizado intensos tiroteos.
Los equipos se han distribuido para llegar a cada uno de los módulos y hacer los registros en cada una de las celdas.
“El Pozo” es el primer centro penal intervenido luego de que la doctora Julissa Villanueva, presidente de la comisión interventora de centro penales, anunciara fuertes medidas.
El plan de intervención contempla diez puntos, entre los que se destaca el desarme dentro de los centros penales.
INTERVENCIÓN EN CENTROS PENALES
El pasado 9´de abril, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, anunció una intervención “dura” de los centros penales del país luego de enfrentamientos simultáneos entre pandilleros registrados en cuatro cárceles y que dejaron varios muertos y heridos.
“Voy a poner mano dura y orden en las cárceles, hasta transformarlas en Centros Penales de rehabilitación, no en escuelas de crimen y tortura como lo que he heredado”, señaló la presidenta hondureña en ese entonces.
Castro designó a la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, para liderar el plan de intervención de los cárceles hondureñas tras los tiroteos ocurridos a principios de abril.
CRISIS EN CÁRCELES
En las cárceles de Honduras impera la sobrepoblación y el hacinamiento, la falta de instalaciones físicas adecuadas y seguras para el alojamiento de los reclusos, las condiciones de higiene y salubridad son deplorables.
El sistema penitenciario de Honduras, compuesto por unas 26 cárceles, alberga a 19,658 presos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y menos de la mitad de los reclusos han sido sentenciados, según cifras oficiales.