Tegucigalpa, Honduras.
Un milagro de Dios salvó de la muerte a una menor tras penetrarle en el cuerpo una varilla de hierro la mañana de ayer mientras se encontraba en un culto en una iglesia evangélica de la aldea El Guanábano, carretera que conduce al departamento de Olancho.
La niña de ocho años, de nombre Lizzy Mercedes, fue trasladada al hospital Materno Infantil en una ambulancia de la Cruz Roja con la varilla incrustada en el glúteo derecho y, según se supo, está fuera de peligro.
El percance
Según lo declarado por paramédicos de la Cruz Roja, alrededor de las 11:30 am se celebraba un culto en una iglesia evangélica, una construcción de madera ubicada frente al campo de fútbol de dicha comunidad.
El inmueble está en construcción, por lo que los encargados de la obra colocaron varias varillas de hierro para instalar las columnas.
Mientras los adultos estaban congregados en el interior de la iglesia, los menores jugaban afuera en la celebración de la escuela dominical.
Accidentalmente, la menor se resbaló, rodó por una hondonada con tan mala suerte que una varilla de hierro de tres octavos se le incrustó por el glúteo derecho y le salió por el costado del mismo lado, según explicó una socorrista.
De inmediato, las personas que participaban del culto llamaron a la Cruz Roja para pedir auxilio, por lo que pronto paramédicos se movilizaron en una ambulancia. Socorristas y vecinos procedieron a cortar la varilla con una sierra, estabilizaron a la menor, la subieron a la ambulancia en una camilla y la trasladaron al principal centro hospitalario capitalino.
Este es el segundo caso de esta naturaleza que se reporta en la capital, ya que en julio del año pasado un albañil logró sobrevivir de milagro luego que una varilla le atravesó el hombro y parte de su cuerpo.
“La mano de Dios desvió esa varilla y gracias a él estoy vivo”, fueron las primeras palabras que expresó Víctor Martínez, un joven de 25 años que se enfrentó cara a cara con la muerte al sufrir un accidente de trabajo en el que una varilla de hierro le atravesó el hombro derecho.
“Tuve mucha suerte, Dios se apiadó de mí y de mi familia, lo importante es que estoy vivo y lo demás hay que tomarlo con mucha paciencia, los médicos dicen que estoy bien y que no tendré problemas para regresar a mi trabajo”, manifestó el albañil Martínez.