14/06/2025
11:07 AM

'Me desmayé por el cansancio y caí en las ruedas del tren”, relata mutilado

San Pedro Sula, Honduras.

Después de perder la pierna derecha, un brazo del mismo lado y parte de la otra mano en su intento por cruzar el río Bravo, el sueño de José Luis Hernández ahora es poder ver al presidente de Estados Unidos, Barak Obama, para contarle lo que sufren los mojados en la ruta del migrante.

Así mutilado como quedó al caerse de la Bestia, logró entrar después a EUA con otros compatriotas que corrieron la misma suerte, no para emplearse, sino para hacer conciencia sobre la tragedia que viven muchos hondureños que se van para el norte huyendo de la pobreza.

José Luis era un muchacho que transpiraba energía y entusiasmo cuando emprendió la aventura desde El Progreso sin imaginar que sus sueños quedarían despedazados en la línea del tren ya para llegar a la frontera entre México y Estados Unidos.

'Me desmayé por el cansancio y caí en las ruedas del tren”, relata mutilado

José Luis Hernández ha disertado sobre la realidad que viven cientos de hondureños retornados.
El cansancio y la debilidad lo tiraron hacia las ruedas de la máquina cuando viajaba entre los vagones aferrado a los fierros de una escalera. “Me desmayé por el cansancio y el hambre después de 30 horas viajando entre uno y otro tren”. En el último que tomó en Torreón, sufrió el percance que cambió el rumbo de su vida.

Solo pensaba en la familia que dejó en El Progreso, mientras veía pasar los vagones borrosos que se alejaban como las esperanzas de tener una vida mejor. “Quería pararme porque mi mente no concebía que había perdido una pierna, pero únicamente logré sentarme”.

Foto: La Prensa

Hernández y otros diez discapacitados llegaron a Washington después de miles de kilómetros durmiendo en cartones.
Un hombre que pasó por el lugar lo auxilió y llamó a la ambulancia que lo transportó al hospital más cercano. Hasta los médicos que lo asistieron se mostraron asustados al ver cómo aún estaba con vida con semejantes mutilaciones. Estuvo dos años en México para que pudieran recuperarlo mediante cirugías que le practicaron en tres diferentes hospitales. En uno de estos le donaron una prótesis sencilla con la que regresó a Honduras.

“Volví a enfrentar la misma miseria por la cual había migrado, pero ahora con una discapacidad. Lloraba al ver a mis viejos amigos y el campo de fútbol en el que jugaba”.

Foto: La Prensa

Gracias a un seguro médico especial que les dio el Gobierno de Estados Unidos, recientemente recibieron costosas prótesis que ellos llaman ”nuestra nueva llanta”.
Esta realidad sufrida por cientos de compatriotas es la que quiere contarle a Obama para que busque posibles soluciones con el Gobierno de Honduras a fin que no se repita este drama.

El grupo de mutilados por la Bestia que lidera José Luis Hernández, sigue en Maryland, Estados Unidos, con la esperanza de que les abran las puertas de la Casa Blanca y exponer su queja. “Todo lo que queremos es que esa tierra prometida que buscamos en este país esté en nuestro propio país, sin necesidad de arriesgar nuestra vida en nuestro intento por llegar aquí”, dijo Hernández.

Recordó que antes de sufrir la fatal caída de la Bestia, vio caer a un guatemalteco del tren ya para llegar a Ixtepec, Oaxaca, quien afortunadamente sobrevivió como él. Pero lo que más le causó repudio e impotencia fue haber sido testigo de la violación de una inmigrante hondureña cerca de Arriaga. Dijo que en ese momento hubiera querido ser Supermán para defenderla. Ahora se siente más impotente, pero tiene la esperanza de ver los frutos de su lucha.