El homicida de Jacqueline Dayana Cunningham Rich, de 31 años, confesó ayer su crimen en las celdas de la Primera Estación de la Policía Preventiva.
José Castellanos Castellanos, de 44 años, al iniciar su relato de lo que pasó dijo: 'La maté cegado por los celos'.
Castellanos, según la Fiscalía, tiene un largo cartel delictivo en el que sobresale el asesinato en 1998 de Cristino Bardales, crimen por el cual fue condenado a 16 años de cárcel en el presidio de Santa Bárbara.
Castellanos se fugó del presidio de Santa Bárbara el 7 de septiembre de 2007.
El homicida manifestó que cuando se fugó aprovechó que uno de los policías penitenciarios del recinto abrió el portón para que se escaparan dos presidiarios 'y yo ni corto ni perezoso también me escapé y desde entonces me vine para San Pedro Sula'.
El capturado indicó que en San Pedro Sula conoció a la infortunada Jacqueline haciendo vida marital con ella hasta el pasado martes cuando la asesinó.
Dos delitos
Francisco Lobo, el fiscal de turno, informó que Castellanos fue puesto a la orden de las autoridades judiciales ayer por el delito de parricidio en perjuicio de su compañera de hogar.
Lobo manifestó que también le abrirán otro juicio a Castellanos por el delito de evasión porque se fugó del centro penal de Santa Bárbara.
El acusador público señaló que a Castellanos sólo por el asesinato de Jacqueline podría recibir una condena de 40 años de prisión.
El homicida confesó que 'cuando uno está perdido de la mente no piensa en nada ni en nadie'; pero aseguró que sí recuerda bien cuando le quitó la vida a su compañera de hogar. Recordó que intentó suicidarse porque 'ya la vida no tiene sentido para mí'.
El prófugo de la justicia mató a su mujer a machetazos en su casa de la colonia Los Laureles del sector de la Rivera Hernández de San Pedro Sula.
La mató frente a los hijos
La infortunada dama fue desmembrada el martes en horas de la mañana por su compañero de hogar frente a sus tres pequeños hijos.
El dictamen de las autoridades forenses que hicieron el levantamiento establece que el cadáver de Cunningham tenía los brazos desmembrados, uno de sus senos estaba completamente cortado y el otro semimutilado.
Vecinos de la pareja manifestaron que a eso de las ocho de la mañana del martes escucharon griros de la víctima y de sus tres hijos pidiendo auxilio cuando Castellanos la atacaba con un machete. Después de darle muerte a su compañera de hogar, Castellanos intentó fugarse, pero gracias a que varios vecinos alertaron a la Policía lograron detenerlo. Cuando lo detuvieron el parricida quiso suicidarse al intentar cortarse el cuello con un cuchillo. José Castellanos es oriundo de la aldea Nueva Esperanza del municipio de Concepción, Santa Bárbara.
Desde esa aldea llegó ayer su hermana Martha a visitarlo y con lágrimas expresó que no se explica cómo su hermano pudo cometer tal crimen porque él ha sido una persona pacífica y callada.