El jornalero Benigno Gómez Orellana, de 80 años, perdió la vida al recibir varios machetazos que le propinó su hijo José Héctor Gómez, 45. El hecho ocurrió ayer a las 7.45 de la mañana en el barrio Barahona de este municipio.
Mercedes de Gómez, esposa de la víctima, relató que su marido se levantó como de costumbre a las cinco de la madrugada. “él se cambió y luego me puse a preparar la comida para la familia”, dijo
la mujer con lágrimas en sus ojos.
Relató que antes de desayunar su esposo decidió esperar a que abrieran un expendio para comprar un “tragito” pues andaba de “goma”.
A las 7.35 de la mañana el octogenario bajó el cerro donde vivía, pero no se percató que su hijo Héctor lo seguía y que llevaba un machete, el cual le servía como instrumento de trabajo en la temporada del corte de caña.
Al llegar a la carretera, Benigno se dio cuenta de la presencia de Héctor, al percatarse vio como su hijo sin mediar palabra desenvainó el machete contra él, relató Mercedes.
Problemas mentales
En el primer machetazo, le cercenó la mano izquierda con la cual pretendió cubrirse el rostro. Al verse herido Benigno cruzó la carretera tratando de salvar su vida, pero su hijo le seguía de cerca.

José Héctor Gómez se negó a hablar y lo poco que dijo no se le entendió. La Policía lo detuvo cerca de su vivienda.
La angustiada madre contó que su hijo tiene problemas mentales, los que padece después de haber regresado de la guerra en el Golfo Pérsico. Según Relató Mercedes, Héctor fue miembro del ejército y se desempeñó como una persona normal.
“El trauma que vivió lo dejó “loco”, mi hijo no era así”, dijo desconsolada. Manifestó que él estuvo interno por tres años en el hospital Santa Rosita en Teguciglapa donde le recomendaron un medicamento que a diario debe tomar.
“Ayer por error se me olvidó darle la medicina por eso hoy amaneció desesperado y cometió esa locura”, dijo Mercedes.
Huye
Héctor al ver a su padre muerto salió huyendo con dirección a su casa. Varios vecinos que escucharon los lamentos de Benigno antes de morir alertaron a la Policía, quien comenzó la búsqueda, a los pocos minutos un poblador contó que Héctor andaba cerca de su casa, lo que facilitó a las autoridades para capturarlo.
Consternados
La población de Potrerillos está consternada con la tragedia ocurrida, aseguran que es la primera vez que se suscita un hecho de esta magnitud. Relatan que jamás creyeron que pudiera pasar algo así.
Susto
Al conocer del hecho, la esposa de la víctima se encerró y no salió de su vivienda hasta que algunos vecinos llegaron a traerla para que reconocimiento del cadáver de su esposo.

Mercedes de Gómez, esposa de la víctima y madre del parricida, llora desconsoladamente tras la tragedia.