El régimen de excepción instaurado en El Salvador durante los últimos meses activó un “éxodo” de miembros de maras y pandillas salvadoreñas hacia Honduras.
Cruzando las fronteras terrestres a través de puntos ciegos entre el sur, occidente y centro del país, los mareros y pandilleros se han asentado en remotas aldeas del interior del país, colándose hasta el punto de reactivar sus operaciones delincuenciales en zonas que, hasta entonces, no tenían incidencia criminal organizada de ese tipo.
Desde entonces, en Honduras se ha detenido a decenas de salvadoreños integrantes de esas organizaciones criminales, pero, de acuerdo con las propias autoridades hondureñas, en el territorio aún permanecen, operando, muchos más.
Era el caso de un hombre identificado como Everardo Almendares Grández, supuesto miembro activo de la estructura criminal Mara Salvatrucha (MS-13), quien fue capturado en la aldea Pueblo Nuevo, municipio de Marcovia, Choluteca.
Almendares tiene una orden de captura en El Salvador por el delito de homicidio agravado y, aunque operaba en aquel país, también tiene la nacionalidad hondureña.
La captura fue realizada por miembros de las Fuerzas Armadas a través de equipos de inteligencia y personal de la Policía Militar del Orden Público (PMOP). De momento, fue remitido a la fiscalía de Choluteca, sin que se dieran detalles sobre una posible entrega a la policía salvadoreña.