25/07/2024
01:01 AM

Esposo de pastora asesinada a machetazos: “Me han quitado la mitad de mi vida”

El esposo de la pastora relata el dramático momento en que la pastora fue asesinada por robarle en la aldea de Chacalapa, Trujillo, Colón.

Tocoa, Colón.

“Ella era capaz de entregar su vida y su alma por los demás, se ganó el amor de todos”, susurra uno de los asistentes al valorio de Elsy Jackeline Sarmiento, la pastora asesinada machetazos en la aldea de Chacalapa, Trujillo, Colón.

Todos hablan maravillas de la religiosa, quien perdió la vida el lunes tras ser atacada por dos drogadictos en su casa, la cual estaba contiguo a la iglesia que pastoreaba. Su victimario también murió, la policía le disparó al oponer resistencia al momento de su captura. En su huída los delincuentes tomaron de rehenes a dos niños, uno de ellos resultó herido.

Asesinan a machetazos a pastora de iglesia en Trujillo, Colón

La sala velatoria de la funeraria Memorial’s Amor Eterno de Tocoa estuvo aborrotada de personas acompañando el cuerpo sin vida de Sarmiento y mostrando solidaridad a sus familiares.

Hubo mucha conmoción, llanto, dolor y tristeza por la pérdida irreparable de la pastora, que era muy querida y respetada por dadivosa, empática y porque siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.

Su esposo, Wilmer Ávila, relató que desde la mañana de ese día del suceso tenían planeado salir temprano para Tocoa, pero la pastora lo envió a traer guineos para llevarle a la familia, echándolos al saco estaba cuando recibió la llamada de la terrible noticia: Moncho el drogadicto había matado a Elsy Jackeline.

“No es fácil este momento, quizas si nos hubiéramos ido para Tocoa esto no hubiera pasado, pero ya era el plan de Dios”, se lamentó.

Ávila aclaró que a su esposa, de 50 años de edad, la mataron por robarle y no por defender a una niña de violación. “Estoy muy triste, ya no vuelvo a ver a mi esposa, era una mujer muy bella, amable, se quitaba la comida de la boca por dársela a los demás. Me han quitado la mitad de mi vida”.

Irónicamente Elsy Jackeline cada vez que encontraba a su asesino lo trataba de evangelizar, quería ganar esa alma para Dios.

Recordó que su esposa le daba de comer al que la mató. “Mi esposa le llevaba pescado y le daba de comer, quiso ganar esa alma para Dios pero el diablo trabajó más, el alcohol y las drogas lo tenían perdido”.

Por otra parte, Vilma Maricela Sarmiento, recordó a su hermana Jackeline como una gran oradora, buscadora de Dios, que se fue para Chacalapa para cumplir el sueño de ser pastora de una iglesia. “Ella era una gran persona, se ganó el respeto y el amor de todos aquí en Tocoa y en la aldea, no se metìa con nadie. Ni los malos merecen morir así”.

Luego recordó que ese día la hermana le mandó un mensaje religioso a las 3 am. “Perdonamos a los que hicieron eso, no nos alegramos que uno de ellos haya muerto, más bien la familia teníamos miedo por represalias, además que eso no revivirá a mi hermana”.

Rosa Puerto, vecina de infancia de la fallecida, se lamenta y llora la partida de su amiga. “Estamos tristes, es increíble lo sicedido. Ella era una mujer buena, luchadora, muy trabajadora, crió a sus cuatro hijos sola”.

Ante una multitud muy dolida y apesarada, que todavía no daba crédito a lo sucedido, la pastora Sarmiento fue sepultada ayer en el cementerio de Tocoa.