Con las huellas digitales esperan identificar a una joven de unos 23 años de edad cuyo cuerpo quedó irreconocible, porque fue quemada.
El crimen, aparentemente, ocurrió la noche del martes 13, en la aldea Las Pozas, detrás del cementerio San Miguel Arcángel.
A eso de las 8.00 am de ayer, cuando la reconocieron, tenía 12 horas de haber muerto.
La edad de la joven oscila entre los 20 y 23 años. Se presume que la ejecutaron con disparos en la cabeza y luego la quemaron para borrar las evidencias.
En la escena había casquillos de arma de fuego y estaban las marcas de unas llantas.
El personal de Medicina Forense considera que había rastro de que un vehículo arrancó.
“Los agentes podrían levantar algún patrón”, estableció el médico forense Vladimir Núñez.
La víctima vestía un pantalón de mezclilla color azul y una camisa tipo suéter, manga larga, color rojo (andaba otro suéter que quedó calcinado); a unos metros de su cadáver había unos zapatos beiges.