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Cristhian era la alegría de maestros en la escuela

  • 17 octubre 2017 /

Los docentes dijeron que Cristhian deja un gran vacío en el centro educativo República de Honduras.

San Pedro Sula, Honduras.

Consternación y tristeza hay entre los vecinos de la colonia San Antonio, del sector Chamelecón, por la muerte del p equeño Cristhian Alexander Castillo Guifarro a quien una travesura lo llevó a la muerte el lunes al ingerir insecticida para garrapatas creyendo que era vitamina.

Lourdes Guifarro, madre del infortunado menor, manifestó que ese día estaba trabajando en la escuela República de Honduras de esa colonia en sus labores de aseo y el niño sin darse cuenta ella se fue para la casa de una tía en las cercanías de ese centro educativo donde se tomó el insecticida.

“Yo salí a buscarlo y ya venía de regreso para la escuela. Yo no sabía que se había tomado el veneno y cuando llegó a la escuela empezó a temblar y me decía que le dolía el estómago”, expresó Guifarro.

Foto: La Prensa

Lourdes Guifarro coloca flores en la tumba de su hijo Cristhian Castillo, cuyos restos fueron enterrados ayer en el cementerio de la colonia Buenos Aires frente al Seguro Social.
Relató que cuando llevaban a Cristhian para el centro de salud en su agonía le decía: “Mamá, yo no me quiero morir, y yo le dije: no papi, no se va a morir, yo lo quiero, yo lo amo”.

Después de darle los primeros auxilios en el centro de salud trasladaron a Cristhian al hospital Mario Rivas, pero ahí murió.

“Cristhian era muy cariñoso conmigo. Cuando estaba enferma con calentura en la cama, él me llevaba un vaso de agua y me daba las pastillas en la boca”, recordó Guifarro en medio de su llanto.

Foto: La Prensa

Vecinos de la colonia San Antonio y maestros de la escuela República de Honduras acompañaron a los parientes del niño en el velorio y sepelio y se informaron del hecho con LA PRENSA.
Debido a las condiciones económicas de la madre, Cristhian no siguió estudiando y sería hasta el próximo año que su progenitora lo iba a matricular en primer grado; sin embargo, él llegaba todos los días al centro educativo para acompañarla mientras ella hacía los trabajos de aseo.

La maestra Cesia Zavala dijo que la forma como murió el pequeño Cristhian Alexander fue impactante para los docentes.

Lo describió como un niño alegre, inquieto, que jugaba y que compartía con los otros alumnos.

Relató que Cristhian siempre andaba por todas las aulas porque no estaba tranquilo en un solo lado y “era muy inquieto y travieso tocando lo que le llamaba la atención”.

“Nos va a hacer falta. Cristhian deja un vacío muy grande en la escuela y su alegría nos va a hacer falta”, dijo la maestra Zavala.