Tegucigalpa, Honduras.
Los cuerpos de los cuatro jóvenes asesinados el domingo en el municipio de Talanga, Francisco Morazán, fueron reclamados por familiares ayer en la morgue del Ministerio Público de la capital.
Las víctimas fueron identificadas como Marco Isaí Quintanilla González (de 20 años), Héctor Ariel Pérez Romero (de 22), Carlos Omar Bonilla Garmendia (de 23) y Wilmer Alejandro Benítez Torres (de 29).
El hecho violento se ocurrió el domingo a las 6:00 pm, en la colonia Nueva San Diego, más conocida como El Pantanal.
Investigaciones
Los jóvenes estaban platicando en el corredor frontal de la vivienda donde fueron acribillados, según la versión que manifestaron los parientes y amigos de los fallecidos a la Policía.
Las primeras hipótesis derivadas de la información recabada por las autoridades policiales indican que los victimarios se transportaban en una motocicleta color rojo, la cual fue encontrada abandonada minutos después en las cercanías de la escena del crimen.
Según afirman testigos del hecho, los sicarios eran dos sujetos de contextura delgada y de cabello largo.
Los progenitores de las víctimas aseguraron que los muchachos eran trabajadores y que se reunían en esa casa a departir y jugar naipes.
“Se bañó y cambió. Tenía algunos minutos de haber salido de la casa cuando se oyeron los disparos”, dijo un tío de Marco Isaí.
Héctor Larios, padre de Héctor Ariel, aseguró que su hijo se dedicaba a la agricultura y que laboraba temporalmente en un aserradero de la zona.
Pedro Bonilla, padre de Carlos Omar, refirió que “mi hijo trabajaba en un aserradero y no entendemos por qué pasó eso”. Este último era padre de un niño de tres años y su compañera de hogar quedó embarazada.
Juana Espinoza era la compañera de hogar de Wilmer Alejandro y contó que el difunto trabajaba en el mismo lugar que los anteriores, este último era originario de San José del Potrero, Comayagua. La Secretaría de Seguridad mediante un comunicado afirmó que se asignó un equipo especial para investigar el cuádruple crimen.
Los cuerpos de los cuatro jóvenes asesinados el domingo en el municipio de Talanga, Francisco Morazán, fueron reclamados por familiares ayer en la morgue del Ministerio Público de la capital.
Las víctimas fueron identificadas como Marco Isaí Quintanilla González (de 20 años), Héctor Ariel Pérez Romero (de 22), Carlos Omar Bonilla Garmendia (de 23) y Wilmer Alejandro Benítez Torres (de 29).
El hecho violento se ocurrió el domingo a las 6:00 pm, en la colonia Nueva San Diego, más conocida como El Pantanal.
Investigaciones
Los jóvenes estaban platicando en el corredor frontal de la vivienda donde fueron acribillados, según la versión que manifestaron los parientes y amigos de los fallecidos a la Policía.
Las primeras hipótesis derivadas de la información recabada por las autoridades policiales indican que los victimarios se transportaban en una motocicleta color rojo, la cual fue encontrada abandonada minutos después en las cercanías de la escena del crimen.
Según afirman testigos del hecho, los sicarios eran dos sujetos de contextura delgada y de cabello largo.
Los progenitores de las víctimas aseguraron que los muchachos eran trabajadores y que se reunían en esa casa a departir y jugar naipes.
“Se bañó y cambió. Tenía algunos minutos de haber salido de la casa cuando se oyeron los disparos”, dijo un tío de Marco Isaí.
Héctor Larios, padre de Héctor Ariel, aseguró que su hijo se dedicaba a la agricultura y que laboraba temporalmente en un aserradero de la zona.
Pedro Bonilla, padre de Carlos Omar, refirió que “mi hijo trabajaba en un aserradero y no entendemos por qué pasó eso”. Este último era padre de un niño de tres años y su compañera de hogar quedó embarazada.
Juana Espinoza era la compañera de hogar de Wilmer Alejandro y contó que el difunto trabajaba en el mismo lugar que los anteriores, este último era originario de San José del Potrero, Comayagua. La Secretaría de Seguridad mediante un comunicado afirmó que se asignó un equipo especial para investigar el cuádruple crimen.