El consumo de un licuado de los frutos de una flor llevó a la emergencia del hospital de Danlí a cinco mujeres que buscaban una cura milagrosa para el mal de colon irritable.
Se trata de Teodora Alejandra Rodríguez y sus hijas Santos Ebelia Rodríguez, Ericka Yojana Rodríguez y Merlin Marleni Rodríguez, así como su pariente Blanca Margarita Belis.
Durante unas tres horas, las mujeres experimentaron problemas de la visión, sintieron que se levantaban del suelo, sufrieron agudos dolores de estómago, olvidaron que tenían hijos y maridos y repartieron puñetazos a los enfermeros y guardas del hospital Gabriela Alvarado, que intentaban ayudarlas.
Aconsejadas por una pariente que vino de la vecina ciudad de El Paraíso, las cinco mujeres consumieron un licuado de los frutos de la floricundia o floricunda, también llamada floripondio, una planta alucinógena que crece silvestre en los solares y que produce serios trastornos del sistema nervioso central.
Blanca Margarita Belis, dijo, al reponerse de la crisis, que en el solar de la colonia Nueva Esperanza, hay un árbol de floricundia y la pariente que vino de El Paraíso les dijo que allí tenían la cura para su problema de salud.
Reacción de locura
“Dicen que aquí macanié a todos, pero yo no me acuerdo de nada; dicen que me inyectaron y me pusieron suero, pero yo no recuerdo nada de eso”, relató Ericka Yojana Rodríguez, de 29 años, mientras mostraba los moretones que le dejaron en los puños los golpes que propinó a los paramédicos.
Mientras ofrecía su entrevista a los reporteros reía a mandíbula batiente como producto de los efectos hilarantes de la floricundia.
Las otras cuatro mujeres celebraban en coro con grandes risotadas las declaraciones de su pariente y aplaudían sus ocurrencias.
Ericka Yojana, controlando a duras penas sus risotadas, refirió que ella fue quien cortó todos los frutos del árbol y luego los licuó.
En eso no le falla la memoria, ella recordó que salieron justamente cinco tazas de la licuadora, es decir una por persona y luego de consumir el primer vaso las mujeres fueron cayendo una por una.
“Yo me bañé y me acosté, pero, después no podía hablar y ya no puede levantarme. No me acuerdo de nada”, dijo Ericka Yojana mientras se quejaba de que seguía viendo rayitas después de haber perdido la visión casi por completo.
Las declaraciones de Blanca Margarita y Ericka fueron confirmadas por Merlin Marleni Rodríguez, quien aseguró: “Yo me sentía como que andaba en el cielo, yo no sentía nada, no sabía si tenía hijos ni hombre, no sabía nada”. Agregó que le dolía el estómago, pero agradeció junto a las otras mujeres la prontitud con que actuaron los médicos del hospital Gabriel Alvarado.
