San Pedro Sula, Honduras.
Las autoridades de la Dirección Policial de investigaciones (DPI) de la unidad de Inspecciones Oculares, encontraron en la escena del crimen 28 casquillos de diferentes calibres. Según pobladores de la zona, el área de recolección de basura era frecuentado por diferentes jóvenes que se supone llegan al lugar para distribuir droga, mientras los verdaderos empleados del mercado se dedicaban a hacer su trabajo de cargar y descargar desechos.
“Murieron personas inocentes que solo hacían su labor, conocemos al señor y a sus dos hijos; ellos no tenían nada que ver con las otros jóvenes que llegaban al lugar”, expresó un vecino, que por seguridad omitió su nombre. Las autoridades policiales que llegaron a la escena del crimen investigan si la causa del asesinato es por peleas de territorio para la venta y distribución de drogas.
“Ya se sabía que en este lugar podría ocurrir algo así porque eran las nueve y diez de la noche y se miraba movimiento de personas, tipo pandilleros, que llegaban a vender drogas”, agregó el poblador. La escena fue dramática cuando la madre de Willian Gómez llegó y entre lágrimas relató que su hijo estaba casado y su pareja tiene dos meses de embarazo.
“Mi muchacho era trabajador, no se metía con nadie y no entendemos por qué los mataron en su lugar de trabajo”, agregó la adolorida madre.
Las autoridades de Medicina Forense hicieron el levantamiento de tres de las víctimas en el área de carga de basura del mercado y la tercera estaba en el hospital Mario Catarino Rivas.
Cuatro personas fueron acribilladas con fusiles AK-47 y pistolas nueve milímetros en el área de recolección de basura del mercado Guamilito. El hecho ocurrió ayer a eso de las 4:40 pm, en la 8 avenida, entre la 6 y 7 calle del populoso barrio Guamilito.
Fueron al menos tres sujetos los que llegaron al lugar en un turismo sin placas, marca Nissan Sentra, color negro y sin mediar palabras sacaron las armas y dispararon contra seis personas que recogían desechos. Dos de las víctimas fueron identificadas por sus familiares como Willian Alexander Gómez (19), originario de San Pedro Sula y residente en la colonia Río Blanco, y su padre Wilmer Reynaldo Gómez (45), residente del municipio de La Lima, quien murió en la paila de una patrulla de la Policía Nacional cuando era trasladado al hospital Mario Catarino Rivas.
Las otras dos víctimas solo fueron identificadas por sus conocidos por los alias metralleta y el chele amenaza, a quienes se supone iba dirigido el ataque. Uno de los heridos que fue trasladado al hospital Mario Rivas fue identificado como José Mauricio Torres Medina (17), quien tenía heridas de bala en las piernas, pobladores del lugar aseguraron que llegaba con frecuencia al lugar.
Otro de los heridos es Alex Javier Gómez, quien es hijo y hermano de dos de las víctimas y se salvó de milagro porque a pesar de la gran balacera solo recibió un rozón de bala en la cabeza. “Nosotros trabajamos recogiendo la basura y la subimos a los camiones, no sabemos quiénes fueron o por qué hicieron esto, me duele porque vi a mi hermano morir y hace poco recibí la mala noticia que mi padre también estaba muerto”, expresó Alex, mientras le corría sangre por su cabeza.
 El ataque fue provocado por tres sujetos que llegaron al lugar en un turismo color negro.
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“Murieron personas inocentes que solo hacían su labor, conocemos al señor y a sus dos hijos; ellos no tenían nada que ver con las otros jóvenes que llegaban al lugar”, expresó un vecino, que por seguridad omitió su nombre. Las autoridades policiales que llegaron a la escena del crimen investigan si la causa del asesinato es por peleas de territorio para la venta y distribución de drogas.
 Dos de los heridos fueron trasladados al hospital Mario Catarino Rivas, donde uno de ellos falleció.
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“Mi muchacho era trabajador, no se metía con nadie y no entendemos por qué los mataron en su lugar de trabajo”, agregó la adolorida madre.
Las autoridades de Medicina Forense hicieron el levantamiento de tres de las víctimas en el área de carga de basura del mercado y la tercera estaba en el hospital Mario Catarino Rivas.
