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'La democracia es muy frágil”

  • Actualizado: 12 mayo 2013 /

Eduardo Enríquez presenta en San Pedro Sula el libro “Muerte de una República”.

    El periodista nicaragüense Eduardo Enríquez visitará esta ciudad para presentar en la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (Ccic) su libro Muerte de una República.

    Enríquez, editor jefe de la redacción de Diario La Prensa de Nicaragua, participará antes, el viernes 17 en Tegucigalpa, en la III Asamblea de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (RedLad). En ese encuentro disertará sobre Corrupción y Estados Cooptados.

    El autor comparte con La Prensa sus percepciones políticas y sociales relacionadas con el istmo centroamericano. De entrada, Enríquez comenta: “Los nicaragüenses perdimos nuestra democracia y nuestra república porque no supimos qué hacer con ella cuando la tuvimos”.

    -¿Cómo ayuda a los centroamericanos conocer el contenido de “Muerte de una República”?

    El libro es la crónica de cómo la debilidad de las instituciones democráticas, el desdén por las leyes, la existencia de una clase política y empresarial egoísta y la falta de conciencia ciudadana entre los habitantes de un país hacen nuestros sistemas de gobierno presa fácil de caudillos autoritarios. Estas debilidades no son exclusivas de los nicaragüenses, particularmente en el norte de Centroamérica esos problemas existen también. El libro es útil para todos los centroamericanos e incluso, para los ciudadanos de los países miembros del Alba porque muestra cómo la combinación de los factores arriba mencionados pueden convertir rápidamente un sistema que pensamos democrático en uno autoritario, incluso absolutista como el que vivimos en Nicaragua.

    -¿Qué retos políticos y sociales deben resolver pronto países como Honduras y Nicaragua para ser mejores repúblicas?

    En el ámbito político, los líderes deben atender a sus bases, estar pendientes de sus necesidades y tratar de resolverlas de la manera más justa y equitativa posible. Deben también organizarlas y capacitar a los miembros de sus partidos en temas republicanos. En el ámbito social el tema es la educación. Nuestras economías son débiles y pequeñas pero si solo hubiera una cosas que pudiéramos hacer esa tendría que ser garantizar educación básica y técnica de calidad.

    - ¿Considera que la asociación con los países de Sudamérica, especialmente Venezuela, traen más problemas que beneficios a nuestros países? (Honduras y Guatemala acaban de sumarse a Petrocaribe).

    Depende del uso que se le dé a este acuerdo. Obtener el petróleo en términos concesionales en estos tiempos es algo que no se puede rechazar, pero esa ventaja económica debe utilizarse para el desarrollo del país y para salir lo más rápido posible de esa dependencia petrolera. El problema en Nicaragua es que Daniel Ortega maneja la cooperación que se inició con Hugo Chávez como un negocio privado que ha convertido a su familia en una de las más ricas de Nicaragua, sino la más acaudalada en cinco años. Muy poco de la cooperación venezolana ha llegado a programas sociales. El programa Hambre Cero, por ejemplo, supuesta punta de lanza para luchar contra la pobreza, es financiado con el presupuesto, préstamos del BID y donaciones de Taiwán. La plata venezolana va a enriquecer a Ortega y a sus cercanos.

    -¿La literatura (narrativa o poesía) podría ser un canal para denunciar o sensibilizar sobre las condiciones sociales y políticas de países como Nicaragua u Honduras?

    Es un canal más, no debe ser el único. Desgraciadamente, al menos en Nicaragua, leemos poco. Hay que dejar testimonio de cómo se ha venido construyendo este régimen y una de las mejores maneras es a través de un libro. Este libro contiene mis columnas escritas durante los primeros seis años del régimen orteguista (2006-2012). Hay temas como la debilidad de los políticos, la falta de institucionalidad, el fraude electoral y el negocio de la cooperación venezolana.