Hace 73 años en Bélgica nació Jean Marie Joseph Auguste Regal Torreele, para los sampedranos simplemente el padre Juan Regal, párroco de la capilla San Felipe.
El siervo de Jesucristo que hace casi 40 años vino a San Pedro Sula y que posee una personalidad noble, carismática y muy jovial cumplirá 50 años de sacerdocio el sábado, pero este viernes, la comunidad católica lo agasajará con una misa concelebrada por él y el obispo de la diócesis de San Pedro Sula, Ángel Garachana.
La celebración católica reunirá a la feligresía que se congrega en esta pequeña iglesia a las 6:00 pm para dar gracias a Dios por tener el mensaje y la presencia de este hombre que ha consagrado todos sus años al servicio de los más necesitados.
Entusiasmo
Aquel niño, hijo de mineros que se crió en tiempos de penuria por la guerra nunca pensó llegar a esta edad y estar contento de cumplir cinco décadas de servir a Dios y a la humanidad.
“Mis excelentes padres se casaron a los 31 años y éramos cinco cuando yo tenía seis. Fueron gente de mucha fe y sacrificio. Nací previo a la guerra”.
Antes de hacer la primera comunión, un padre ortodoxo que era ucraniano le pidió que participara como monaguillo en la misa en la capilla de la clíonica de la mina. “Comencé en la liturgia que no era la romana sino la oriental”, confiesa.
Formación
La primaria la hizo en una escuela católica y la secundaria en un instituto diocesano y toda la formación fue en base a la religión y la disciplina.
En el bachillerato le gustaba la enseñanza, la aviación y el sacerdocio por todos los ejemplos que había tenido y al final se decidió por el seminario.
Además de su gran personalidad, el padre Juan es un políglota. Habla seis idiomas: flamenco, francés, alemán, inglés, italiano, español.
Goza de buen aspecto y salud estable y recuerda que en 1957 ingresó al seminario y en ese momento ya estaba en vigencia un decreto del papa Pío XII que pedía que hubieran sacerdotes diocesanos para reforzar América Latina y eso llamó su atención.
“Hice dos años de seminario y filosofía y la universidad para teología. En 1971 vine a Honduras directamente al obispado. Ayudaba al obispo en lo que podía y siempre me ha gustado apoyar a jóvenes trabajadores pero lo deje después del huracán Fifí”.
Siervo de Dios
A partir de agosto de 1979, es el administrador de los corazones y la fe de la feligresía que se congrega en la capilla San Felipe. “La iglesia ya existía y el padre Pedro López, que era en antiguo párroco sembró una buena semilla”, recuerda. Además, Regal no olvida al recordado monseñor Jaime Brufau a quien describe como “mi padre espiritual”.
Mis expectativas como tal siempre han sido de servicio. Era atender a la gente, apoyarla y la liturgia por supuesto. Antes no venía mucha gente a esta iglesia, pero ahora sí”.
Recuerdos
El padre Juan Regal ha casado más de cien parejas. A sus 73 años, nunca se imaginó llegar a esta edad porque enfrentó muchos peligros en Guatemala, El Salvador y Nicaragua por ser asesor de la Juventud Obrera Católica.
Actualmente tiene 17 años sin volver a su patria, donde viven dos hermanos y dos hermanas. No extraña su país. “Mi país es Honduras desde tiempo”, expresa.
Su lema de vida es “la unidad en la fe y en la caridad, eso es lo que caracteriza a la Iglesia Católica”. Soy diocesano y estoy al servicio del obispo”.
Después de 50 años, se siente realizado, seguirá al frente de su capilla y si volviera a nacer escogería la misma vida y a San Pedro Sula como su ciudad para desarrollar un sacerdocio impecable al servicio de la comunidad que hoy los sampedranos festejan con gran dicha.