El escritor español Álvaro Pombo alerta sobre la pasividad de los intelectuales en la sociedad actual en su última novela, “El temblor del héroe”, con la que ha ganado el Premio Nadal, uno de los más prestigiosos de las letras hispanas.
La novela narra la historia cruzada entre tres personajes, Román, un profesor universitario de Filosofía ya jubilado, el joven periodista digital Héctor, que lo entrevista para la publicación “Los Inactuales”, y Bernardo, “un ser malévolo”.
La confluencia de los tres protagonistas tiene, como adelanta Pombo en una entrevista concedida después del anuncio de la concesión del galardón, “un desenlace fatal y trágico, con una muerte muy salvaje, seguramente muy melodramática y teatral, que se produce ante la inacción del veterano profesor”.
Sostiene el autor de “La fortuna de Matilda Turpin” y uno de los pocos escritores que han entrado en el reducido club de ganadores de los dos premios hispanos más importantes y de larga tradición -el Nadal y el Planeta- que “para que las cosas no salgan mal, tienes que empeñarte en que salgan bien”, en una suerte de teoría contraria al determinismo.
Forma de escribir
En relación al aspecto puramente formal, “El temblor del héroe” es una novela corta, de unas 200 páginas, dividida en capítulos también cortos, con una idea de “ir a la condensación, para evitar la reflexión desparramada”, siguiendo la idea de “short long novels” (novelas cortas largas) de Henry James, como “Washington Square”, “Otra vuelta de tuerca” o “Los despojos de Poynton”.
“Estoy abreviando mi manera de escribir, y en ese sentido la novela es deliberadamente abreviada”, ha confesado.
Como ya es habitual, Pombo ha dictado su novela, y, según revela el propio escritor, no le ha costado mucho meterse en la piel de ese profesor jubilado.