Indira Molina, quien encabeza una de las tres planillas por la presidencia del Colegio de Arquitectos de Honduras (CAH) Capítulo Noroccidental 2021-2022, reflexiona sobre cuánta falta hace la sombra de los árboles para hacer la ciudad más agradable y habitable, al tiempo cómo la construcción atraviesa nuevas tendencias.
¿Cuáles son los problemas de San Pedro Sula que deben atenderse para mejorar la calidad de vida?
Tenemos que tener conciencia de que todavía hay lugares de San Pedro Sula que no tienen agua potable. Somos una ciudad de laureles y zorzales, no de palmeras. Necesitamos árboles que nos den sombra, pero todo eso se ha perdido. También, no puede seguir estando una sola vía para salir de la ciudad. La parte vial, aunque los puentes están muy bonitos, las personas de Choloma, por ejemplo, tardan una o dos horas en llegar a sus casas cuando salen de San Pedro Sula. Esos son puntos que tenemos que ver soluciones a corto plazo y que realmente, sin altos costos, pueden ser de mucho beneficio.
¿Qué lecciones dejan Eta y Iota para la construcción de viviendas, en especial, para el valle de Sula?
La solución la tenemos desde hace mucho tiempo: polines, y hemos perdido ese concepto, cuando todavía tenemos espacios donde se pueden utilizar. Hay un montón de ciudades propensas a inundarse y las casas están en alto. En las viviendas en alturas circula mejor el aire y necesitan menos energía eléctrica. Ahora, la tecnología en la parte constructiva nos está dando otras opciones y, aunque sin duda el bloque es un buen material para la construcción, estamos produciendo en nuestro país materiales constructivos muy buenos que tienen más facilidad para agilizar los tiempos de construcción y adaptarse más a nuestro clima.
La construcción privada ha sido una de las más afectadas por la crisis, ¿hay expectativas de que este sector pueda reactivarse?
De noviembre de 2020 hasta mayo pasado integré una comisión de permisos de construcción del Colegio y pronto veremos las construcciones. Siempre se necesitan casas, hay interés en proyectos habitacionales y hay mucho proyecto industrial. Todavía tenemos un déficit de vivienda y servicios. Sin embargo, hay terrenos donde se pueden construir, y la idea es ir socializando que muchas de estas soluciones no son en casas de un nivel, sino que estamos hablando de edificios habitacionales de dos o tres niveles y que no se necesite elevador para aminorar costos, pero por supuesto que tendríamos que ver soluciones a corto plazo, y esa sería algo factible.
¿Hay más interés de la gente de vivir en este tipo de edificios de apartamentos?
Vemos en Tegucigalpa la cantidad de edificios habitacionales de varios niveles, y aquí en San Pedro Sula estamos iniciando, pues ya se está viendo de una forma comercialmente efectiva, ya que no vamos a construir algo que no podamos vender o que no genere algún tipo de ganancia. Vemos en Jardines del Valle y en Bella Vista muchos edificios habitacionales porque la juventud está queriendo comprarles.
Estas opciones de vivienda dan más facilidades a una persona joven, que no tiene que invertir en un montón de cosas con las que cuenta un edificio.
¿La pandemia incidirá en la forma en que se construirán las casas y los edificios?
Por ejemplo, empecemos desde la casa. Los niños están estudiando en el comedor y en relajo, tenemos que tener espacios para que puedan seguir estudiando el año o los dos años que dure el aislamiento. Los profesionales estamos trabajando desde la casa, entonces espacios para trabajar. Las oficinas ya no podemos estar hombro con hombro trabajando, entonces todo eso implica la participación de arquitectos, no solamente en la parte estructural, sino que en el diseño de interiores.
¿Cuáles son las expectativas que tienen con la próxima Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Honduras?
Este año celebraremos la segunda edición, y los arquitectos participan exponiendo sus trabajos e invitamos a otros arquitectos internacionales a dar capacitaciones.Hay países en América Latina que tienen 40 años desarrollando estas iniciativas, pero son pininos que buscan colaborar con el desarrollo de las ciudades.