El 77% de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) infractores del país vienen de hogares desintegrados, de acuerdo a una investigación realizada por World Vision.
La organización no gubernamental realizó una investigación a profundidad sobre las principales motivaciones que influyen a los adolescentes y jóvenes para infringir la ley.
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El estudio que lleva por nombre “Niñez y juventud privada de libertad” se dio a conocer ayer a autoridades gubernamentales, sector privado y sociedad civil.
Jorge Galeano, director nacional World Vision Honduras, explicó que el estudio busca comprender los factores que están llevando a los NNAJ a cometer infracciones a la ley y hace un llamado a profundizar en el abordaje de esta problemática con el fin de generar políticas de prevención, rehabilitación y reinserción.
“Hicimos un estudio en los cinco centros de internamiento incluyendo el de El Carmen de aquí (de San Pedro Sula) donde están los niños y niñas en conflicto con la ley que han sido judicializados y están pagando una condena”.
Representantes de entidades gubernamentales, empresa y sociedad civil durante la presentación del informe. Foto: Melvin Cubas
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“Hemos encontrado que estos niños provienen de un hogar desintegrado donde han recibido maltrato, donde han recibido abusos. Los niños se crecieron en un ambiente que no era adecuado para ellos”, señaló Galeano.
En los ultimos años, en Honduras se ha incrementado exponencialmente la participación de menores de 18 años en delitos de alto impacto, pasando a ser un grave problema social tanto por su crecimiento cuantitativo como por sus cualidades de peligrosidad, afirmó.
El documento también detalla que solo el 23% de los menores que están en reclusión pudieron completar la primaria.
Galeano pormenorizó que en Honduras, un millón y medio de menores están en condiciones de vulnerabilidad. En los cinco centros de reclusión del país hay 500 niños, niñas y jóvenes.
Entre los infractores hay menores de 12 años con rangos importantes dentro de los grupos delictivos.
Belia Olmeda, jueza de niñez y adolescencia en Cortés, declaró que la mayoría de los casos que actualmente se están presentando son de menores involucrados en la extorsión. “En la mayoría de los casos estos niños son mandaderos son utilizados para hacer efectivo el cobro o sirven como vigilantes en la zona”.
Olmeda apuntó que cada vez más jóvenes se convierten en homicidas.