San Pedro Sula. Maribel Espinoza, connotada profesional del Derecho, evaluó los avances del proceso de depuración en las instituciones operadores de justicia y la realidad es penosa.
Reconoció que aunque en lo que respecta a la Policía Nacional, hay avances por la vigilancia y presión de organizaciones no gubernamentales y la rectora Julieta Castellanos, no se ven avances en el Ministerio Público ni el Poder Judicial.
“Este gobierno del señor Lobo se vio obligado a dar inicio a la depuración de la policía y ahora se comienza a mostrar superficiales indicios para depurar el Ministerio Público; sin embargo, no hemos visto ninguna acción concreta de depuración en el Poder Judicial pues solo se ha nombrado el Consejo de Judicatura pero la ley ni siquiera ha sido reformada para establecer sanciones concretas y ese Consejo ni siquiera tiene presupuesto asignado para funcionar”, precisó.
La abogada agregó que ve que se concrete la depuración, en especial porque no hay voluntad real de quienes dirigen esos poderes del Estado.
Amenazas a muerte
Respecto a los candidatos presidenciales que están denunciando que han recibido amenazas a su seguridad personal, Espinoza señaló que “es importante dejar sentado que una enorme mayoría de los hondureños estamos en riesgo personal permanente y no andamos gritando esa desgracia por los medios de comunicación”.
Continuó: “Los hondureños debemos estar muy atentos a esas desafortunadas declaraciones de algunos candidatos presidenciales y ojalá que no se trate de otra estrategia política de campaña el tema de su seguridad personal”.
La abogada señaló que si de verdad que están amenazados en su seguridad hay más de que preocuparse porque “imagínese usted que si los candidatos que proclaman que no tienen temor para hacer los cambios en el país y que nos ofrecen que nos van a sacar adelante de esta crisis de violencia, impunidad y corrupción, están diciéndonos que su seguridad personal está en riesgo, a pesar de que cuentan con toda una seguridad especial proveída por el propio Estado a muchos de ellos, que suerte nos queda a casi ocho millones de hondureños que no tenemos la seguridad que ellos efectivamente tienen, porque los pobres ciudadanos que andamos en la calle trabajando para vivir y sostener nuestras familias no tenemos guardaespaldas”.
La profesional del Derecho hizo un llamado a los candidatos presidenciales para que “no usen el miedo como argumento de su campaña política”.